El atentado que muchos en Israel y los territorios ocupados preveían y temían en los últimos tiempos finalmente sucedió ayer en Tel-Aviv, en plena celebración de las Pascuas. Un suicida de la Yihad Islámica hizo estallar el cinturón de explosivos que llevaba consigo a la entrada de un pequeño restaurante popular, mató a nueve personas e hirió a una cuarentena más. El kamikaze perpetró la peor masacre en Israel en más de un año y agudizó la crisis política que vive la región desde la victoria electoral de Hamás, el pasado mes de enero. El movimiento islamista, ahora al frente del Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), calificó el atentado de "legítimo derecho a la autodefensa".

El primer atentado suicida en territorio israelí desde el cambio de guardia en la ANP --y tras la victoria electoral de Ehud Olmert-- se produjo cerca de las 13.30 horas (una hora menos en España) en el restaurante de bocadillos Rosh Ha´ir, escenario de un atentado similar el 19 de enero, que entonces se saldó con la muerte del suicida y decenas de heridos. Según los testigos, esta vez el kamikaze llevaba una carga explosiva más potente y se voló en la puerta del establecimiento, situado cerca de la antigua estación de autobuses. La estación, siempre llena de gente, es un lugar habitual de ataques de los grupos armados palestinos, que desde el 2002 han efectuado allí seis atentados que han causado más de una veintena de muertos.

AUTORÍA Mediante el consabido vídeo del suicida --un adolescente de Yenín--, la Yihad Islámica se atribuyó la autoría del atentado, como sucedió en los otros seis que ha habido en Israel desde que el pasado mes de febrero las milicias palestinas decretaran una tregua que Hamás ha respetado, pero no otras facciones. Un portavoz de la Yihad Islámica en Gaza afirmó que el atentado es la respuesta a las recientes muertes de varios de sus líderes a manos del Ejército israelí y a la ofensiva que desde hace más de una semana lleva a cabo el Ejército hebreo en Gaza. Diecinueve palestinos han muerto en el mes de marzo en la franja de Gaza y Cisjordania en operaciones militares israelís, según la Media Luna Roja.

Las unánimes reacciones internacionales de condena al atentado --desde EEUU a la UE, pasando por Rusia y Jordania, entre otros-- no se hicieron esperar, así como la del presidente de la ANP, Mahmud Abbás (alias Abú Mazen), que en un comunicado condenó "el atentado terrorista de Tel-Aviv que ha causado muertos y heridos entre civiles israelís". Además, Abú Mazen instó al Cuarteto de mediadores internacionales (la ONU, EEUU, la UE y Rusia) a que intervengan para detener "el grave deterioro que está experimentando la región". Una forma diplomática de referirse a las recientes operaciones militares israelís.

Con mucho menos tacto, Sami Abú Zuhri, portavoz de Hamás, echó más leña al fuego del rechazo que su Gobierno despierta al afirmar que "la operación es el resultado directo de las brutales agresiones y el asedio que sufre el pueblo palestino". "Nuestra gente se encuentra en estado de defensa propia y tiene el derecho a usar todos los medios a su alcance", añadió Zuhri, evidenciando una vez más las diferencias entre la presidencia y el Gobierno de la ANP.

ESCUELA DE TERRORISMO Motivos más que suficientes para que Israel --que ayer celebró la primera sesión del nuevo Parlamento-- culpara directamente a Hamás y la ANP de fomentar los atentados contra el Estado hebreo. "Desde nuestro punto de vista no importa si han sido las Brigadas de Al Aqsa, la Yihad o Hamás. Todos proceden de la misma escuela de terrorismo dirigida por Hamás", señaló el portavoz Gideon Meir.

La pregunta ahora es cuál va a ser la reacción israelí, cuyas fuerzas de seguridad se reunieron anoche de urgencia. En sus únicas declaraciones, Olmert afirmó que Israel "sabrá cómo responder al atentado de una forma adecuada para evitar que haya más incidentes de este tipo". Es la primera vez que Israel valora una represalia a un atentado con Hamás en el poder, y muchos en los territorios ocupados temían ayer una operación militar de gran envergadura con pleno apoyo occidental.