Querer atajar la corrupción le ha costado caro al primer ministro de Rumanía, Sorin Grindeanu. El mandatario ha caído tras apenas seis meses en el cargo al perder una moción de censura presentada por su propio partido, el socialdemócrata PSD, junto a su socio de coalición, el liberal ALDE. En la votación, celebrada en conjunto por la Cámara Baja y el Senado, votaron 241 diputados a favor, 7 en contra y 216 se abstuvieron. El mínimo requerido para que prospere la moción de censura es de 233 diputados.

La disputa interna en el PSD se debe al enfrentamiento entre elprimer ministro Grindeanu y el presidente del partido,Liviu Dragnea. El trasfondo del conflicto pasa por la negativa del primer ministro de aprobar una ley para dulcificar las penas para los políticos corruptos, entre ellos el presidente del partido y su principal rival, que no pudo alcanzar el puesto de jefe de Gobierno, precisamente, por sus escándalos de corrupción.

El presidente rumano, el liberal Klaus Iohannis, deberá ahora designar al nuevo primer ministro a propuesta del PSD y ALDE. Para ello, ha convocado a los partidos políticos del país balcánico a una ronda de consultas. La persona elegida dispondrá de 10 días para obtener el voto de confianza en el Parlamento donde presentará a los nuevos ministros y su programa de Gobierno.

El martes, el jefe de Estado declaró, durante una visita a Berlín, que "no se prevé un largo bloqueo político" y que nombraría a un primer ministro "íntegro".