El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, apareció en el Congreso como suele hacer cuando lo hace en público, con ese aire de superioridad y arrogancia que le caracteriza. El acto lo merecía, quizá más que otros. Era su primer discurso sobre el estado de la Unión. Un acto de gran atraccion mediática no solo para EEUU sino también para el resto del mundo. Así que los demócratas -desde que perdieron las elecciones con perfil bajo- aprovecharon la ocasión para captar la atención con gestos de fuerte contenido simbólico.

Uno de ellos fue el de las congresistas que acordaron, tras la invitación hecha por legisladora Jackie Speier a través de Twitter, acudir a la cita vestidas de negro, inspiradas por el movimiento #MeToo, reivindicado también por la gente de Hollywood en la entrega de los Globos de Oro para denunciar el acoso sexual. Desde que llegó a la Casa Blanca, hasta 17 mujeres han acusado a Trump de haberlas acosado sexualmente en el pasado. La fotos de las congresistas todas de negro ha dado la vuelta al munto.

El pin y el kente

Muchos congresistas lucieron tambien un pin con el nombre "Recy", un referencia a Recy Taylor, una mujer negra de Alabama que fue secuestrada y violada por un grupo de blancos en 1944 y que después se convirtió en una luchadora por los derechos civiles, historia que explicó en la entrega de los Globos de Oro la actriz y presentadora de televisión Oprah Winfrey.

También dio la vuelta al mundo la fotografía de los legisladores afroamericanos, que se presentaron al evento vistiendo una tradicional prenda del continente negro, el kente, una especie de bufanda rica en colores originariamente de Ghana. De esta manera quisieron protestar por la frase "países de mierda" que pronunció Trump refiriéndose a algunos países africanos y de América Latina.