Rusia está desplegando su artillería dialéctica para condenar el ataque estadounidense contra la base siria de Shayrat, aunque resta por ver qué traducción tendrá la previsible y dura condena en los hechos prácticos. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, considera que el bombardeo es una "agresión" contra un "estado soberano" que viola la ley internacional, según ha declarado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El máximo mandatario ruso, según relató Peskov a la prensa, ha ido más allá y ha advertido que la acción militar tendrá consecuencias en la formación de un frente unido contra el autoproclamado Estado Islámico, uno de los pocos intereses en común que unen a ambos países, cuyas relaciones atraviesan su momento más complicado desde el final de la Guerra Fría.

"GRAVE OBSTÁCULO"

"Lo más importante, tal y como piensa Putin, radica en que esta acción no solo no nos acerca al fin común de la lucha contra el terrorismo, sino todo lo contrario, crea un grave obstáculo para la creación de una coalición internacional", ha puntualizado Peskov.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha anunciado que prepara una declaración al respecto, al tiempo que algunos prominentes legisladores se han proununciado en términos parecidos a los de Putin. La coalición entre EEUU y Rusia está "en peligro", ha asegurado Konstantin Kosachev, el presidente de la comisión de Exteriores del Consejo de la Federación, la cámara alta del Parlamento ruso.