El presidente ruso, Vladimir Putin, impuso ayer una moratoria del cumplimiento por parte de Rusia del Tratado de Armas Convencionales en Europa y amenazó con denunciarlo en respuesta a la decisión de EEUU de desplegar en Europa Oriental, en las narices del Kremlin, nuevos elementos de su escudo nuclear.

"Considero oportuno declarar una moratoria del cumplimiento de este tratado, al menos hasta que todos los estados firmantes lo ratifiquen como ha hecho Rusia", dijo Putin en su discurso sobre el estado de la nación, dirigido al Parlamento en pleno y miembros del Gobierno. "Propongo debatir el tema en el Consejo Rusia-OTAN y, en caso de que no haya progreso, estudiar la suspensión definitiva de nuestros compromisos", enfatizó.

La anulación del tratado firmado en 1990, cuando todavía existían la URSS y el Pacto de Varsovia, sería el paso atrás más importante del Kremlin en el desarme desde el final de la guerra fría. Actualmente este documento limita el desplazamiento de tropas rusas por el propio territorio de Rusia, que es el único país que tiene limitaciones de armamento en sus flancos. "¿Pueden imaginarse que EEUU aceptase que se le limitara el desplazamiento de tropas en su territorio?", preguntó Putin.

RECORDATORIO El jefe del Kremlin recordó que Rusia ha firmado, ratificado y cumplido el tratado, pese a la guerra de Chechenia. "¿Y qué hacen nuestros socios? Ni siquiera lo han ratificado. Aumentan su presencia militar cerca de las fronteras rusas. Más aún, se pretende desplegar en Europa elementos de la defensa antimisiles. Por primera vez en su historia, Europa puede llegar a instalar armas estratégicas de EEUU", dijo.

Los países de la OTAN exigen la retirada de las tropas rusas de Moldavia y Georgia para ratificar el Tratado de Armas Convencionales, una premisa que el Kremlin trata de cumplir a duras penas hace años. Y EEUU quiere extender a Polonia y la República Checa su Sistema Nacional de Defensa contra Misiles, un programa del Pentágono para interceptar misiles balísticos en vuelo.

En su discurso, Putin afirmó también que en los últimos tiempos ha aumentado el flujo de dinero procedente de Occidente destinado a influir en los asuntos internos del país. Este ha ha sido el último mensaje anual de su mandato, que termina en marzo del 2008. "El próximo estado de la nación lo leerá un nuevo presidente", dijo Putin, quien reiteró que no cambiará la Constitución rusa, que le impide presentarse a un tercer mandato consecutivo.