El recrudecimiento de la ofensiva contra los rebeldes sirios no cesa en Alepo. Los persistentes bombardeos del régimen han seguido castigando este sábado la asediada parte vieja de la ciudad, y por segunda vez en esta semana han golpeado el mayor hospital de la zona este. El ataque ha causado un muerto e importantes daños materiales en uno de los pocos centros médicos que sobreviven todavía en los barrios rebeldes.

Otras personas han resultado heridas al ser alcanzadas por las explosiones cercanas al hospital M10, que de hecho se encontraba fuera de servicio desde el 28 de septiembre, cuando también fue objetivo de otro bombardeo, según ha informado el director delObservatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abderrahman. Este y otro ataque en el hospital M2 acabaron con la vida de al menos dos pacientes e hirieron a dos empleados.

El bombardeo del hospital M10 ha sido llevado a cabo con barriles de explosivos lanzados desde helicópteros, según ha denunciado a AFP laSociedad Médica Siria Americana, patrocinadora del centro. “También hay informes de que se ha utilizado una bomba de racimo”, ha afirmado Adham Sahloul, un responsable de esta oenegé con sede en EEUU, que ha añadido que en el momento del ataque había pacientes y personal médico dentro del edificio.

RENOVADA CAMPAÑA

El bombardeo contra el hospital M10 se produce en plena ofensiva gubernamental para retomar totalmente la segunda ciudad siria, lanzada el 22 de septiembre tras la ruptura de la tregua pactada entre EEUU y Rusia. La renovada campaña ha permitido al régimen del presidente Bashar el Asad, apoyado por la aviación rusa, recuperar poco a poco terreno en manos rebeldes con bombardeos masivos e indiscriminados que, aparte de destrucción, han causado ya la muerte de decenas de civiles.

Rusia y el régimen sirio han sido acusados en anteriores ocasiones por los países occidentales de utilizar contra zonas civiles armas prohibidas como bombas antibúnker, incendiarias y de racimo, normalmente destinadas a objetivos militares.

Paralelamente, el Ejército sirio, ayudado por cientos de milicianos apoyados por Irán que han llegado a Alepo, avanza en una ofensiva terrestre en varias líneas de frente para romper las defensas rebeldes dentro de la ciudad.

CATÁSTROFE HUMANITARIA

Dividida desde el 2012 entre un sector occidental controlado por el régimen y barrios orientales en manos de los rebeldes, Alepo ha devenido el principal frente del conflicto sirio. Cerca de 250.000 personas, entre ellas 100.000 niños, malviven en los barrios controlados por los rebeldes con grave escasez de agua y alimentos en lo que, según la ONU, supone “la peor catástrofe humanitaria jamás vista en Siria”.

Los esfuerzos diplomáticos para restablecer el alto el fuego en Siria parecen estar completamente atascados por la desconfianza y los reproches mutuos entre EEUU y Rusia, aunque Washington, que apoya a los rebeldes, aseguró este viernes que las conversaciones con Moscú, aliado de Damasco, no están todavía muertas.