Noche de nervios, mañana de pánico en el Reino Unido, en Europa, en el mundo y en los mercados financieros. Rompiendo los pronósticos de última hora, el país -la segunda economía europea y la quinta del mundo- ha votado por salir de la UE, una decisión histórica que asesta el mayor golpe a 60 años de construcción europea. El primer ministro británico, David Cameron, el hombre que lanzó esta aventura de un referéndum que creía poder ganar, ha anunciado que dimitirá en octubre para dejar paso a "un nuevo liderazgo" que lleve al país por esta senda deconocida, tras romper el cordón umbilical que durante 43 años ha mantenido con el continente.

Una vez más, han fallado las encuestas y han fallado las apuestas. Con más de un millón de votos votos por delante, el ‘brexit’ ha dejado de ser temido para convertirse en realidad, cuando ha finalizado el escrutinio en las 382 circunscripciones del país, que ha votado dividido.Tras una campaña, crispada, muy agresiva en el tono y en el mensaje, el 52% de los británicos han dicho 'no' a la UE, mientras el 48% ha votado por la permanencia. La participación ha sido alta: el 72% de los británicos fueron a las urnas el jueves.

Un país fracturado

El voto a favor de la salida de la UE ha sido mucho mayor de lo que preveían las encuestas, que la víspera habían llevado la tranquilidad a los partidarios de seguir en Europa. El 'brexit' se ha puesto por delante con más de un millón de votos en un referéndum que ha fracturado al país. Excepto Londres, el grueso de Inglaterra ha votado por la salida de la UE junto con Gales. La capital británica, Escocia e Irlanda del Norte lo han hecho a favor de la permanencia, lo que va agitar de nuevo las tensiones territoriales.

Tras años 43 años de una relación tortuosa con Bruselas, los británicos han desatendido las advertencias sobre las terribles consecuencias económicas de un abandono de la UE y se han dejado seducir por un discurso nacionalista que les ha prometido la reconquista de una soberanía supuestamente perdida y poner freno a la inmmigración, los grandes asuntos que han dominado la campaña.

"Retomemos el control", ha repetido machaconamente el líder de la campaña del 'brexit', el exalcalde conservador de Londres Boris Johnson, el gran ganador de la jornada, dispuesto más que nunca a arrebarle el liderazgo del Partido Conservador a David Cameron.

Farage proclama la "independencia"

El líder del populista partido de la independencia UKIP, Nigel Farage, ha sido el primero en hablar y en proclamar eufórico “el día de la independencia”, a la vez que se ha felicitado por la “victoria de la gente decente y normal”. "La UE está muriendo", ha afirmado más tarde a las puertas del Parlamento de Westsminster.

La libra se ha hundido a niveles que no se conocían desde 1985,depreciándose 10 puntos respecto a dólar, y el petróleo ha caído un 5%, en lo que se apunta ya como otro "viernes negro" o el 'Lehman Brothers europeo'. En su apertura, las bolsas europeas han confirmado los peores presagios, con caídas generalizadas.

Los analistas hablan de un "día terrible para el Reino Unido y para Europa", de consecuencias desconocidas. El Banco de Inglaterraacaba de emitir un comunicdo garantizando que adoptará "todas las medidas necesarias" para garantizar la estabilidad.

En Downing Sreet, Cameron, acompañado de su esposa, ha dicho respetar la voluntad del pueblo británico pero ha anunciado que dejará el cargo en ocubre, en la próxima conferencia del Partido Conservador. Convocó la consulta para cohesionar al Partido Conservador y ganar las elecciones en el 2015 y se irá sin haber llegdo a la mitad de su segundo mandato.

La onda sísmica provocada por la consulta no ha hecho más que empezar. La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, ha apuntdao que Escocia ve su futuro como parte de la Unión, apuntando a un segundo referéndum de independencia, después de que los escoceses hayan votado masivamente (68%) por quedarse en Europa.

En Bruselas, se van reunir los máximos dirigentes de las insituciones para coordinar una respuesta a la peor crisis que afronta en su historia la Unión. Nunca antes el club europeo ha afrontado la marcha de un país y esto llega en un momento de crisis política y moral, tras años de políticas de austeridad que han alimentado la división entre los países e incapaz de afrontar la llegada masiva de decenas de miles de refugiados.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha resumido en dos palabras el ambiente que se respira en la capital comunitaria. "Es un momento "grave y dramático, especialmente para el Reino Unido"