Hace varios días, el primer ministro eslovaco, Robert Fico, admitió sin complejos lo que es una evidencia: que el plan de reparto de refugiados sigue dividiendo a Europa y que, en su opinión, está «acabado políticamente». Y el mejor ejemplo de ello sigue estando en las cifras. Los gobiernos europeos han reubicado en un año desde Grecia e Italia a 5.651 solicitantes de asilo de los 160.000 que prometieron trasladar en un período de dos años. Es decir, en doce meses han trasladado al 3,5% de los anunciados.

Una cifra pobre que avanza a un paso extremadamente lento y que pone en evidencia el fracaso del plan alumbrado en el punto álgido de la crisis migratoria pero del que el Ejecutivo comunitario se niega a renegar. «Hemos hecho progresos pero tenemos que seguir vigilantes», señaló el comisario de Inmigración, Dimitrios Avramopoulos, durante la presentación del último balance que aprovechó para ensalzar el trabajo de países como Alemania o Bélgica. El griego insistió en que con «voluntad política y sentido de la responsabilidad» los gobiernos europeos todavía pueden trasladar este próximo año desde territorio griego a unos 30.000 refugiados.

De las 5.651 personas reubicadas, 4.455 proceden de Grecia y 1.196 de Italia. Una cifra que esconde un acelerón importante ya que 1.202 traslados se han hecho en septiembre. En el caso de España, el último análisis publicado por el Ministerio de Interior confirma la acogida de 363 personas, 313 procedentes de Grecia y 50 de Italia. Los últimos 38, en su mayoría sirios y algunos iraquís, aterrizaron el martes en Madrid. En cuanto a los solicitantes de asilo reasentados directamente desde terceros países como Turquía, Líbano o Jordania la cifra asciende hasta ahora a los 10.695 de los 22.504 que se comprometieron en julio del 2015. Además otros 1.614 sirios han sido trasladados desde territorio turco en el marco del pacto cerrado con el presidente Tayyip Erdogan en marzo de este año. España ha recibido con cargo a este esquema a 279 personas, 272 procedentes del Líbano y 57 de Turquía. SILVIA MARTÍNEZ