Más de 50 diplomáticos y empleados de las representaciones del Reino Unido en Rusia tendrán que abandonar el país, en una nueva vuelta de tuerca en las tensiones entre Moscú y Londres por el caso del envenenamiento del exespía Serguéi Skripal.

"Rusia ha propuesto paridad y los británicos tienen unas 50 personas más", ha explicado este sábado la portavoz del ministerio ruso de Exteriores, María Zajárova, a la agencia Interfax, en referencia a que el personal diplomático y técnico-administrativo destacado en las misiones rusas en el Reino Unido es inferior en número.

El Gobierno británico expulsó la semana pasada a 23 diplomáticos rusos en represalia por el envenenamiento con una sustancia neurotóxica del exespía doble Serguéi Skripal y su hija Yulia en el sur de Inglaterra, ataque del que Londres responsabiliza a Rusia.

En represalia, Moscú procedió a expulsar el mismo número de funcionarios británicos, y este sábado ha pedido a Londres que reduzca en el plazo de un mes su personal diplomático al mismo nivel que el que tiene Rusia en el Reino Unido.

Registro de un avión

El registro este viernes de un avión de la compañía rusa Aeroflot en el aeropuerto londinense de Heathrow ha suscitado asimismo una airada reacción de Rusia, que por medio de su embajada en el Reino Unido ha denunciado este sábado "otra evidente provocación por parte de las autoridades británicas".

El viernes Rusia anunció la expulsión de varias decenas de diplomáticos de los países -en su mayoría de la Unión Europea (UE), incluida España- que se solidarizaron con el Reino Unido por el 'caso Skripal' y que a comienzos de semana declararon persona non grata a un elevado número de diplomáticos rusos.

Moscú sostiene que no hace más que responder a acciones inamistosas y que está dispuesta al diálogo y la cooperación con todos los países. Mientras, sigue a la espera de que las autoridades británicas consientan que funcionarios consulares rusos puedan ver a Yulia Skripal, cuyo estado ha mejorado, aunque permanece en el hospital. Serguéi Skripal, que tiene ciudadanía británica, continúa en estado crítico.