"No me voy a retractar, ni voy a pedir perdón; voy a ir hasta el final". Por teléfono, desde la ciudad de Kursk, junto a la frontera con Ucrania, la voz de Olga Lee, diputada en la Asamblea Regional y redactora jefe del diario local 'Periodista Popular', suena fuerte y decidida. Lleva años enfrentándose a los poderes fácticos en su región y organizando mítines y acciones a las que acuden cientos de personas -una multitud en un país donde los ciudadanos se lo piensan dos veces antes de involucrarse en acciones opositoras- en los que se denuncia los excesos que comete una "sociedad criminal", formada, según ella, por "funcionarios de la fiscalía, la policía y la justicia".

Tras haber apelado de forma escrita al presidente ruso, Vladímir Putin, para que tomara cartas en el asunto, todo parece indicar que la diputada Lee traspasó este marzo una línea roja que le puede costar una pena de hasta cuatro años de cárcel. En un vídeo difundido por YouTube, acusó públicamente al líder del Kremlin y al fiscal general de Rusia, Yuri Chaika, de "conspiración criminal contra el pueblo" debido a su falta de respuesta a las demandas locales de destituir al fiscal local, Aleksándr Filimónov, contra quien había vertido graves acusaciones de corrupción en la publicación que dirige.

Inmediatamente, el aparato de la justicia se puso en marcha, primero con una denuncia por difamación por las denuncias vertidas en su periódico contra miembros del estamento judicial en Kursk, y después con un caso criminal de "incitación al odio y a lahostilidad y humillar la dignidad humana" debido a sus "declaraciones públicas", delitos contemplados en el artículo 282 del código penal ruso. Ambos casos serán examinados como uno solo por la rama local del Comité de Investigación, la principal instancia judicial de investigación a nivel federal.

CONSTANTES AMENAZAS

Lee insiste en que no se va a echar para atrás. Cree que sus actuales problemas con la justicia son "la cuarta tentativa" de neutralizarla y abortar su carrera política. Las otras tres, sostiene, vinieron en la forma de amenazas explícitas contra su integridad física. "Hace tres años" Lee asegura que dispararon contra ella, en otra ocasión los frenos de su coche "se rompieron". Este último invierno, afirma, fue atacada y amenazada con un cuchillo por la espalda.

Y es que Olga, con tan solo 29 años, esbelta figura y porte de modelo, ha conseguido herir numerosas sensibilidades locales en Kursk. En una de sus últimas intervenciones en la asamblea local, protagonizó un acalorado debate con los miembros de la mesa parlamentaria, desde donde se le recordó que tenía "dos hijos" y que pensara "en su futuro". Ella no quiere dar un paso atrás: "Lo que sucede en nuestra región se repite por toda Rusia, y Putin es responsable como garante de los derechos constitucionales".