El primer fin de semana de julio los líderes de las veinte principales potencias del mundo (G20) se reunirán en Hamburgo para debatir grandes problemas como el cambio climático o la guerra de Siria. Preocupados por la garantizar la seguridad, la ciudad alemana solicitó la ayuda policial a otros Estados de Alemania pero para Berlín su misión no ha durado ni dos días. Alrededor de 220 agentes de la capital fueron expulsados este martes del dispositivo tras descubrirse que durante la noche de domingo organizaron una fiesta desenfrenada en la que se mezclaron alcohol, sexo y la exhibición armas.

Según avanzó el diario ‘Berliner Zeitung’ este martes, hasta tres unidades de los cuerpos de seguridad berlineses fueron devueltas a casa por la polémica que ha generado esa celebración. La policía llegó a la pequeña localidad de Bad Segeberg, en el Estado deSchleswig-Holstein, el pasado domingo y se instaló en un campamento de contenedores que anteriormente había sido el hogar de refugiados. Pocas horas más tarde, los agentes dieron rienda suelta a sus instintos en una fiesta en la que hubo sexo en público, se meó contra las vallas del recinto, se causaron importantes destrozos e incluso se vio a una oficial bailando sensualmente encima de una mesa vestida solo con un albornoz mientras sujetaba en una mano su pistola oficial.

Así, según el canal público RBB, al menos uno de los miembros de lapolicía berlinesa también se vio envuelto en una calurosa discusión que terminó a puñetazos contra otro agente de la ciudad alemana deWuppertal, también presente en Hamburgo. Según añadió el diario ‘Spiegel’, varios agentes gritaron con sus armas en alto y se encontraron pipas de agua en sus habitaciones. Los vecinos de esta pequeña ciudad reportaron quejas por el ruido de una alocada celebración que no cesó hasta las 6:30 de la madrugada.

EXPULSADOS A CASA

Tras el conocimiento de estos controvertidos hechos, la propia policía de Berlín confirmó que esas tres unidades había sido expulsadas de su participación en la seguridad de la cimera del G20. Ahora, les aguarda un interrogatorio sobre su comportamiento e incluso sanciones. A pesar de las críticas por este escándalo, el ministro del Interior de la capital, Andreas Geisel defendió el trabajo de sus agentes asegurado que “su trabajo no puede quedar dañado por estos incidentes”.

Los propios protagonistas también confirmaron a través de la cuenta oficial de Facebook de la policía de Berlín que organizaron la fiesta para celebrar el aniversario de dos de los agentes del cuerpo. “Sí, nos fuimos de fiesta”, apunta el comunicado. “Debajo de este uniforme hay seres humanos”. Aún así, la policía de Hamburgo vio en la actitud de sus compañeros un comportamiento “inaceptable”. La semana que viene Berlín enviará a hasta 500 agentes más a Hamburgo para colaborar en las tareas de seguridad.

Pero no todo Berlín se ha puesto las manos a la cabeza con esta polémica. Más allá de las críticas de las autoridades y la clase política,los clubs electrónicos que han llevado a la capital a ser un referente mundial en la música electrónica se lo han tomado con más humor. “El equipo de Berlín ha llevado a cabo su misión de ser un modelo de referencia y ha organizado una gran fiesta”, ironizaba la Comisión de las Discotecas de Berlín. Para ellos, la expulsión de los agentes es un regreso casi heroico a la capital que les será recompensado con “entradas gratis para el club que deseéis”.