"Primero soy redactora y después lucho por mi marido", deja claro Seda Sanlier, la mujer de Hamza Yalçin, el periodista turco-sueco detenido el pasado 3 de agosto en el aeropuerto de El Prat (Barcelona), por órdenes de la Interpol y a petición del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Sólo se han visto una vez desde entonces. Una visita de escasos veinte minutos a través del grueso cristal que les separaba en el centro penitenciario de Brians 1.

Sanlier condena que las autoridades españolas estén dispuestas a facilitar la extradición de Yalçin a Turquía e insiste en que su vida corre peligro si se ejecuta la demanda. Su ímpetu al hablar denota su empoderamiento como mujer, aunque sus ojos reflejan sufrimiento y desconcierto por el porvenir de su marido.

-¿Cómo es la vida en el exilio?

Vivimos con la duda de saber cuándo nos van a detener, aunque no residamos en Turquía, sino en Suecia. El régimen de Erdogan se extiende hasta Europa, como demuestra la detención de mi marido. España es usada por el Gobierno turco, que se dedica a atemorizar a la oposición. Pero para nosotros es un honor estar en su punto de mira.

-¿Predecía la detención de Yalçin?

Sí. Somos un dolor de cabeza para Erdogan. Militamos en todas las causas que defienden la paz. No somos terroristas, somos activistas socialistas. Donde haya una injusticia ahí estaremos para combatirla, aunque el presidente se dedique a acallarnos con acusaciones falsas.

-El caso de su marido no es excepcional. Según Reporteros Sin Fronteras, Turquía es el país del mundo donde hay más periodistas entre rejas.

El Gobierno acusa de terrorismo a los periodistas que le cuestionan. Los detiene y después los juzga por sus opiniones. Pero en realidad son personas que escriben libremente en contra de su régimen y que no van a dejar de hacerlo aunque les amenace. Hace lo mismo con los profesores que discrepan. Algunos de ellos emprenden huelgas de hambre y después son arrestados y encarcelados.

-Yalçin tiene nacionalidad sueca. ¿Cree que desde el país escandinavo se ha hecho todo lo posible para liberarle?

No lo creo. Entre Suecia y Turquía pesan intereses económicos. Las autoridades suecas no abordan la cuestión directamente, la miran de reojo. Nos preocupa que un país de la Unión Europea no proteja los derechos humanos. El consulado sueco asegura que mantiene conversaciones con personas cercanas al Gobierno español y el ministro del Interior sueco insinúa que ha hablado con el ministro español de Justicia, Rafael Catalá. Pero desconozco el contenido de estos diálogos.

-La Audiencia Nacional ha descartado la libertad provisional de su marido y las autoridades españolas han dicho que si se cumplen los requisitos formales se realizará la extradición. ¿Hay esperanzas?

No pierdo la esperanza pero admito que estoy angustiada. Si extraditan a Hamza pasará el resto de su vida en prisión. Su vida peligra en Turquía. Le han torturado en dos ocasiones y tiene problemas de salud debido a estos maltratos. Como el sistema no funciona democráticamente, allí puede pasarle cualquier cosa.