Premeditado y ejecutado a sangre fría. Así fue el tiroteo perpetrado el viernes en pleno centro de Múnich que causó hasta 10 víctimas mortales. Según ha informado este mediodía la policía del estado de Baviera el autor de la masacre, un joven alemán de 18 años llamado Ali Sonboly, llevaba “un año preparando esta acción”. Robert Heimberger, presidente de la Oficina de Investigación Criminal bávara, ha confirmado que el asesino empezó a planear el ataque durante el pasado verano y que adquirió la pistola de asalto ilegalmente a través de la darknet, el rincón oscuro de Internet.

En las últimas horas han salido a la luz nuevas informaciones sobre este caso que apuntan a que el muchacho, de origen iraní pero nacido y criado en Múnich, sufría “fobia social”. La fiscalía alemana que investiga la tragedia ha reiterado que Ali estaba bajo tratamiento psiquiátrico por ansiedad y depresión y tenía medicamentos en casa, aunque no se sabe si los estaba tomando. El autor de la masacre había estuvo ingresado durante dos meses en 2015 debido a su trastorno que le generaba ansiedad al entrar en contacto con otras personas. Eso y su fijación por las masacres le llevó a escribir unmanifiesto sobre la matanza que la policía aún está investigando.

Los cuerpos de seguridad también han informado que el padre de Ali acudió a la policía cuando reconoció a su hijo en uno de losprimeros vídeos que circularon por las redes sociales en el que se podía ver al joven abrir fuego indiscriminadamente en las inmediaciones del centro comercial Olympia. Fue entonces cuando el progenitor del autor se dirigió a la comisaría de Múnich para alertar a la policía de unas sospechas que horas más tarde se confirmaron.

FIJACIÓN POR LAS MASACRES

Además de sus problemas mentales, Ali tenía una fijación especial en las masacres perpetradas por chicos jóvenes. Así, documentos y libros encontrados por la policía en su habitación confirman que admiraba a asesinos como el militante ultraderechista Anders Breivik, quién cinco años atrás asesinó a sangre fría a 77 personas en Utoya y Oslo, en Noruega. Pero si Ali idolatraba a alguien era a Tim Kretschmer, más conocido como el asesino de Winneden, un joven de 17 años que en el 2009 se atrincheró en una escuela del Estado vecino de Baden-Württemberg y asesinó a 16 personas antes de acabar con su vida.

La policía ha apuntado que Ali inició la planificación de la masacre que quería protagonizar después de visitar el año pasado la escuela donde Kretschmer se hizo tristemente famoso. Así, Ali emprendió una especie de peregrinación hacia el lugar de la matanza fascinado por lo que ocurrió ahí y quizás para inspirarse en los sucesos. En la escena del atentado las autoridades encontraron 58 balas utilizadas y otras 300 en la mochila del autor.

ACOSADO EN LA ESCUELA

En 2012 Ali fue víctima de un episodio de acoso escolar. Aún así el fiscal de Múnich Thomas Steinkraus-Koch no ha querido relacionar este aspecto con la matanza y ha desmentido que lasvíctimas no eran sus compañeros de clase como se había especulado. “Tampoco hay ningún indicio de odio contra los extranjeros”, ha remarcado preguntado por los gritos en que Ali defendía ser alemán. Así pues, el joven no actuó bajo “ninguna motivación política” y no eligió a sus víctimas por nacionalidad o algún otro motivo de carácter étnico o religioso.

Ali tenía un plan escrupulosamente estudiado para perpetrar una matanza que hasta ahora se ha vinculado a un brote psicótico relacionado con su fascinación por las armas y los atentados conducidos por jóvenes. En mayo el autor del ataque creó una cuenta falsa de Facebook utilizando la foto y los datos de otra persona. Este viernes invitó a sus contactos a la hamburguesería McDonald’s del centro de Múnich ofreciéndose como cebo a pagar una ronda. Eso sirvió para atraer a las víctimas a un punto de reunión que sería fatal.