El Tribunal Especial para Líbano (TEL) levantó hoy el secreto de sumario de la acusación contra los cuatro miembros del grupo libanés chií Hizbulá a los que responsabiliza del asesinato en 2005 del ex primer ministro libanés Rafic Hariri.

La acusación identifica a Mustafa Amine Badreddine, de 50 años, como la cabeza pensante del ataque, a Salim Jamil Ayyash, de 47, de coordinar el equipo y de perpetrar el atentado, a Hussein Hassan Oneissi, de 37, y a Assad Hassan Sabra, de 34, de preparar el vídeo en el que se reivindicaba la falsa autoría del atentado.

En concreto, "usaron" a un palestino de 22 años, Ahmad Abu Adass, para que reivindicara en el vídeo la autoría en nombre del grupo fundamentalista "Victoria y Yihad en una gran Siria".

La Fiscalía acusa a los cuatro hombres de "conspiración mediante un ataque terrorista".

Además, Ayyash y Badreddine están acusados de la comisión de un acto terrorista con explosivos, del homicidio premeditado con explosivos de Hariri y del de otras 21 personas, y del homicidio premeditado en grado de tentativa de 231 personas más.

Por su parte, Oneissi y Sabra también están acusados de conspirar para cometer un acto terrorista, pero figuran como presuntos cómplices del asesinato del ex primer ministro libanés y de las demás víctimas.

Badreddine fue considerado culpable en Kuwait de los ataques terroristas perpetrados el 12 de diciembre de 1983 contra las embajadas de Francia y EEUU, según recoge la acusación, que no menciona otros precedentes penales de los otros tres sospechosos.

La acusación, contenida en un documento de casi 50 páginas, recoge detalladamente las redes de comunicación que usaron los implicados a la hora de preparar el atentado y que consistían en diferentes teléfonos móviles que usaban con diferentes propósitos antes, durante y después del atentado.

La Fiscalía ha identificado los móviles y los nombres falsos con los que usaron los mismos y han seguido los diferentes pasos de los teléfonos, que coinciden en gran parte con los movimientos de Hariri durante los meses previos al atentado.

El fiscal del TEL, Daniel Ballemare, aplaudió en un comunicado la decisión de los jueces de levantar el secreto de sumario y puntualizó que su oficina continúa con las investigaciones.

Al confirmar la acusación, los jueces consideran que la Fiscalía ha presentado "suficientes pruebas prima facie" para poder comenzar el proceso.

El tribunal, ubicado en La Haya, puntualizó que ello no significa que los acusados sean culpables, para lo cual tiene que celebrarse el juicio y demostrar la presunta culpabilidad "más allá de cualquier duda".

La decisión establece que "el juez de la Sala Preliminar ha considerado que la acusación cumple los requisitos referentes a los hechos específicos y las bases exigidas por el Derecho Internacional".

La decisión también explicó que la acusación se ha mantenido confidencial hasta el momento para "asegurar la integridad del proceso judicial y la búsqueda y detención de los acusados".

El pasado mes de julio, el TEL ya levantó el secreto de sumario relativo a los nombres de los cuatro miembros de implicados presuntamente en el asesinato del ex primer ministro libanés.