El presidente de EEUU, Donald Trump, empieza a tomar decisiones económicas en el plano legislativo. Dos decretos, aprobados este viernes, deben convertirse en reformas clave del sistema regulador estadounidense del sector financiero, con el objetivo de evitar que la crisis del 2008 vuelva a reproducirse. En concreto, las leyes a reformar son la Dodd-Frank y la Volcker. La primera de ellas sirvió para definir las funciones de la agencia de protección del consumidor (CFPB) y las exigencias de capital a los bancos para evitar su sobreendeudamiento. La revisión abarcará también la denominada regla Volcker que inhibe ciertas inversiones especulativas.

Los republicanos no ocultan su aversión a la agencia de protección al consumidor y la intención de la reforma. Cualquier derogación sustancial de la ley Dodd-Frank requiere la aprobación del Congreso --que está en manos de republicanos--.

El director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Gary Cohn, que era el número dos del banco de inversión Goldman Sachs antes de unirse a la Administración Trump, dijo que el objetivo de la desregulación de los mercados financieros "no tiene nada que ver con Goldman Sachs". "Esto no tiene nada que ver con JP Morgan, Citigroup y Bank of America", añadió.