El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha desatado este martes una nueva polémica a cuenta del futuro superavión presidencial, el mítico Air Force One. A través de Twitter -su fórmula preferida para hacer anuncios y dar a conocer sus opiniones-, ha pedido la cancelación pura y simple del contrato con el constructor estadounidense Boeing.

"Boeing está construyendo un Air Force One 747 nuevo para los futuros presidentes, pero el coste es muy alto, más de 4.000 millones de dólares. ¡Anulad la demanda!", ha escrito Trump. Más tarde, en un intercambio de impresiones con los periodistas que hacen guardia en el vestíbulo de la Trump Tower, ha calificado de "absolutamente ridícula" la cantidad que pide el gigante estadounidense de la aeronáutica por el avión (de hecho, dos aviones gemelos, porque en caso de avería o tareas de mantenimiento siempre debe haber uno disponible) . "Queremos que Boeing gane dinero, pero no tanto", ha dicho.

Un portavoz de Trump dijo que sus comentarios sobre el avión reflejan el deseo del presidente electo de recortar gastos y ahorrar dinero de los contribuyentes.

PARA EL 2024

Boeing --cuyas acciones cayeron tras el tuit de Trump y a media sesión bajaban un 0,7%- se ha limitado a recordar que de momento, como estipula el contrato que obtuvo el pasado enero, trabaja en aspectos de ingeniería y diseño previos a la construcción de los nuevos Air Force One. "Esperamos trabajar con la Fuerza Aérea de EEUU en fases posteriores del programa para entregar los mejores aviones al presidente al mejor precio para el contribuyente", ha añadido la compañía estadounidense, que construye los Air Force One desde 1943 y para la que difícilmente se hallaría un competidor dadas las especificidades del encargo.

Los dos nuevos aviones presidenciales deben entrar en servicio en el 2024. Los dos aparatos que utiliza Barack Obama y que debe heredar Trump cuando asuma el cargo, el próximo 20 de enero, fueron encargados por Ronald Reagan y entraron en servicio en 1990.

DESMENTIDO DE LA CASA BLANCA

Se desconoce la fuente del presidente electo para cuantificar la renovación del Air Force One en 4.000 millones de dólares (más de 3.700 millones de euros), cifra desmentida horas después por un portavoz de la Casa Blanca. De hecho, la partida prevista oficialmente es de 2.870 millones, a repartir entre los presupuestos de los años fiscales del 2015 al 2021. Un informe oficial valoró además las importantes reformas que necesitarían los actuales Boeing 747 para continuar en servicio en 3.200 millones.

El Air Force One, uno de los símbolos de la presidencia de EEUU, permite al hombre más poderoso del mundo ejercer todas las prerrogativas de su mandato cuando se encuentra a bordo, incluso ordenar y desencadenar un ataque nuclear. Es, de hecho, una Casa Blanca volante. Los nuevos Air Force One deben ser en principio del modelo 747-8, de 73 metros de largo y 68 metros de ala, más grandes y con más autonomía de vuelo que los actuales.

El magnate inmobiliario posee su propio avión privado, un Boeing 757, con su nombre en letras enormes en el fuselaje.

ACCIONES VENDIDAS

Un portavoz de Trump ha explicado asimismo al Washington Post que el presidente electo vendió el pasado mes de junio todas sus acciones en compañías fuera de su grupo. Con ello recaudó fondos para la campaña y despejó riesgos de posibles conflictos de interés. Su cartera, según el diario, valía a finales del año pasado unos 40 millones de dólares, e incluía acciones de varios bancos, gigantes petroleros y otras empresas con negocios con el Gobierno. Entre ellas, Boeing.