La salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán no solo ha creado un problema político que amenaza la estabilidad en la región. La amenaza de Donald Trump de imponer sanciones extraterritoriales a las empresas extranjeras que sigan haciendo negocios en el país ha abierto una profunda grieta en el pacto que Bruselas y Teherán tratan desde hace una semana de taponar. Ayer, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, recibió de nuevo en Bruselas al ministro iraní de Exteriores, Mohammad Javad Zarif. Ambas partes aseguran que están comprometidas a seguir preservando el pacto.

«No somos ingenuos. Sabemos que va a ser difícil para ambas partes», reconoció Mogherini tras el encuentro y poco antes de reunirse con los ministros de Exteriores de Francia, Alemania y Reino Unido, convocados para estudiar las medidas legales que la UE puede adoptar para proteger las inversiones europeas.

Irán también parece estar en la misma página de salvar el pacto. «Estamos en el camino correcto para seguir adelante», valoró el ministro Javad Zarif, que calificó de «constructiva» la conversación con Mogherini.