El 'brexit', la salida de Reino Unido de la Unión Europea, no está oficialmente en la agenda de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE que tiene lugar este jueves y viernes en Bruselas. Y aunque el resto de líderes no tienen intención de empezar a discutir sobre el divorcio -el mantra “no hay negociación sin notificación” sigue grabado en la mente de todos- sí esperan que la primera ministra británica, Theresa May, explique con detalle lo que ha venido avanzando en las últimas semanas: que el control de la inmigración será la prioridad número uno y que aspira a liberarse de la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la UE.

Será al final de la cena de trabajo de líderes de la UE, la primera a la que asiste May desde que sustituyera a David Cameron al frente del número 10 de Downing Street hace tres meses. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, no quiere que los 28 se enzarcen en estos momentos una discusión pero sí dará la oportunidad a la conservadora británica de que realice una presentación sobre la situación. Y, según fuentes diplomáticas europeas, aunque May no será ni muy “específica” ni muy “concreta” ni “fijará una visión de dónde quiere ir”, sí intentará ofrecer su cara más amable y un espíritu constructivo.

“Quiere que el proceso de salida sea un éxito para Reino Unido y para los 27 y que la negociación funcione”, explican. “Londres quiere ser el socio más estrecho de la UE pero no hay nada más específico”, añaden sobre un tipo de relación a medida que dicen está por definir. Tanto en Londres como en Bruselas parten de la premisa de que no hay marcha atrás en el proceso iniciado el pasado 23 de junio, con la victoria del brexit en reférendum, y que la decisión está definitivamente tomada. “La fantasía de revertirlo en un par de años no ha desaparecido pero el 'brexit' va a ocurrir, es definitivo e irreversible”, asegura un alto ejecutivo europeo.

NEGOCIACIÓN PREPARATORIA

Los británicos llevan semanas presionando para abrir negociaciones preparatorias antes de activar el artículo 50 del Tratado, que May ha anunciado para marzo de 2017. Pero a estas alturas nadie quiere ceder ni un milímetro. “Entendemos que no hay negociación sin notificación pero cuando estamos en un proceso serio hay que empezar bien para acabar bien. Tiene que haber un entendimiento mutuo”, insisten los británicos.

El resto de líderes europeos se preparan mientras tanto para una negociación “dura” e insisten, desde Juncker hasta François Hollande o Angela Merkel, en que el posicionamiento asumido por May tendrá consecuencias y que no puede ser que un país se quede con lo mejor del pastel europeo. “El 'brexit' será una pérdida para todos. No habrá pastel sobre la mesa para nadie, solo sal y vinagre”, advertía hace una semana el presidente de la UE, Donald Tusk.

Aunque May ya conoce a algunos de los dirigentes europeos, como a Mariano Rajoy, tiene previsto mantener otros encuentros bilaterales durante su estreno en la cumbre y entrevistarse, el viernes, con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker a quien todavia no ha conocido personalmente. Además de a la primera ministra del Reino Unido, el resto de líderes también escucharán al holandés Mark Rutte que explicará como están las cosas tras el no en referéndum a la aprobación del acuerdo con Ucrania.

INMIGRACIÓN Y RUSIA

Los grandes temas de esta cumbre serán sin embargo Rusia y su papel en la guerra de Siria y la política comercial de la UE y la ratificación del acuerdo de libre comercio con Canadá. Antes, durante la primera sesión de trabajo la tarde del jueves, harán un breve repaso a la política de inmigración aunque lo harán para recalcar la necesidad de trabajar sobre el ámbito exterior, con los países de origen, para reducir al máximo el número de potenciales inmigrantes. Se trata de negociar acuerdos de forma que a cambio de más ayuda acepten la repatriación de sus nacionales. Bruselas ya está hablando con Niger, Nigeria, Etiopía, Senegal y Mali y no descarta extender los contactos a otros países.

Uno de los platos fuertes, el debate estratégico sobre Rusia y su papel en Siria, llegará en la cena de esta noche. Hace meses que estaba previsto hablar sobre las relaciones con esta potencia y empezar a hablar de la posibilidad de eliminar las sanciones que se le aplican a raíz de la anexión de Crimea. Los bombardeos rusos sobre Siria y la masacre de Alepo han cambiado la ecuación y hay países, especialmente Reino Unido y Francia, que exigen un nuevo gesto contundente contra el gobierno de Vladimir Putin. Algunas delegaciones podrían poner además sobre la mesa la financiación del Kremlim a algunas formaciones políticas de extrema derecha europeas aunque las decisiones no llegarán hasta diciembre.

POLÍTICA COMERCIAL

El segundo gran foco de atención llegará el viernes con el debate sobre la política comercial y el bloqueo que vive el acuerdo de libre comercio entre la UE y Canadá que permanece a expensas del veto de Valonia, la mitad sur de Bélgica. Aunque la decisión no les compete a los líderes europeos sino a los ministros, los 28 sí prevén mantener un debate sobre una política que genera muchas resistencias en la UE. “Tenemos que recuperar la confianza de los ciudadanos sobre una política comercial que en primer lugar debe asegurar el interés de los ciudadanos”, asegura un alto cargo del Consejo.