La UE se ha unido al coro global que exige el levantamiento de todas las restricciones sobre el disidente político Liu Xiaobo para que elija cómo y dónde pasar la última etapa de su vida. El Nobel de la Paz está siendo tratado en un hospital de la provincia norteña de Liaoning de un cáncer terminal de hígado.

Un comunicado de la delegación de la UE en China exige a Pekín que “garantice inmediatamente la libertad de Liu por razones humanitarias y le permita recibir tratamiento médico allí donde elija, ya sea en China o en el extranjero”. Liu fue liberado de la cárcel en la que cumplía condena y trasladado a un hospital cercano dos meses atrás, donde tanto él de sus familiares siguen estrechamente marcados. Han sido rechazadas sus peticiones de ser trasladado a Pekín, donde reside su esposa, o al extranjero.

Un comunicado de la embajada británica en China también pide que Liu sea dueño de sus decisiones y el fin de las presiones sobre él y su familia. Disidentes, gobiernos y organizaciones de todo el mundo han intensificado sus exigencias para la liberación efectiva de Liu desde que la semana pasada se supo que podrían quedarle pocos días de vida. Ai Weiwei, célebre artista y disidente, dijo el fin de semana que el trato de Pekín a su viejo amigo era un “error histórico” que será “recordado por todo el mundo”, según el diario 'The Guardian'.

China ha mostrado recientemente algunas briznas de humanidad hacia quien considera un criminal y no un preso político. Ha enviado al hospital de Shenyang a los mejores oncólogos del país y permitió este fin de semana que dos médicos extranjeros le visitaran. Markus W. Buckler, de la Universidad de Heidelberg, y Joseph Herman, de un centro médico asociado a la Universidad de Texas, emitieron un comunicado este domingo certificando el diagnóstico de sus colegas chinos y reconociendo su buen trabajo.

RAZONES POLÍTICAS

La discusión llega en las posibilidades de Liu de viajar al extranjero. Según los doctores chinos, su estado extremadamente débil lo desaconseja. Según el doctor alemán y el estadounidense, podría ser “trasladado de forma segura con un equipo de evacuación apropiado”. La segunda opinión apuntala las sospechas de que Pekín impide su salida por razones políticas. Hu Jia, conspicuo activista y amigo de Liu, opina que China le impedirá viajar mientras conserve fuerzas para hablar con la prensa occidental. “Cada palabra que pueda pronunciar será conservada como una fuerza para cambiar China”, dijo el fin de semana.

Los familiares de Liu que han podido visitarle en los últimos días están siendo supervisados por las autoridades para evitar que se comuniquen con el exterior. El Centro de Información para los Derechos Humanos y Democracia, con base en Hong Kong, señala que las llamadas a los teléfonos de su hermano y su cuñada son desviadas a un contestador de la policía china.

Liu Xiaobo fue condenado en 2009 a once años de prisión porconspirar para derrocar contra el Estado tras haber elaborado una carta en la que pedía reformas democráticas en China. Fue la última sentencia tras una vida de activismo que había empezado con su liderazgo en las protestas de Tiananmén de 1989. En 2010 le fue concedido el Nobel de la Paz en una ceremonia en Oslo presidida por una silla vacía.