La ultraderecha parece estar cómoda en el caos. Cuatro días después de que el asesinato de un hombre alemán de raíces cubanas lanzase a las calles de la ciudad oriental de Chemnitz a más de un millar de personas vinculadas a los círculos radicales del país, incluidos neonazis, la formación antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD) crece en las encuestas.

Como ya ha sucedido anteriormente tras atentados terroristas, AfD parece estar volviendo a sacar rédito político de cuestiones polémicas que involucran negativamente a ciudadanos inmigrantes. El último sondeo demoscópico realizado por YouGov apunta a que la formación obtendría hasta un 17% de los votos, su máximo histórico. Su líder, Alexander Gauland, denominó “autodefensa ciudadana” a los disturbios ocurridos y defendió a los manifestantes asegurando que “es normal que la gente esté enfurecida”.

Otro de los sucesos explotados por la ultraderecha fue el escabroso asesinato de una mujer, apuñalada 25 veces por su esposo, de 44 años y de origen iraní, en la ciudad alemana de Düsseldorf. Ocho días después el hombre, Ali Akbar Shahghaleh, fue detenido este jueves en Sevilla, desde donde intentaba huir de la justicia teutona. Este asesinato ha contribuido a encender el fuego de la protesta. “El miedo utilizado por AfD se transforma progresivamente en odio y así somos testigos de cómo su discurso termina de legitimar la violencia, la intolerancia y el racismo”, apunta Franco Delle Donne, autor del libro ‘Factor AfD’.

Siguen las protestas

Este jueves las protestas han seguido. Mientras la alcaldesa de la ciudad, la socialdemócrata Barabara Ludwig, y el ministro-presidente del Estado de Sajonia, el conservador Michael Kretschmer, respondían a las preguntas de los ciudadanos en la calle, el partido político regional y antiinmigración Pro Chemnitz ha vuelto a manifestarse contra un crimen en el que los principales sospechosos detenidos son un joven iraquí de 22 años y un sirio de 23.

En las manifestaciones del lunes y domingo cientos de personas tomaron las calles de la localidad para protestar contra la inmigración y la cancillera Angela Merkel. Unas protestas en las que se vieron saludos hitlerianos, un hecho castigado por la justicia alemana que la policía ya ha empezado a investigar en hasta 10 casos concretos.

Filtración en la justicia

Por los canales digitales de la ultraderecha circuló la orden de detención del sospechoso, una filtración difundida por el fundador del movimiento islamófobo Pegida, el controvertido Lutz Bachmann, un hecho que, al tratarse de un caso sin resolver, es considerado un delito que puede penarse con hasta un año de cárcel. ¿Cómo un documento confidencial llegó a manos de grupos ultraderechistas? La filtración, todo un escándalo, ha manchado a la policía, quien ya recibió duras críticas el domingo al no saber frenar la turba neonazi vivida en las calles. Además, tras el atentado de Berlín del 2016 el propio Bachmann ya publicó información filtrada por círculos policiales.

Sin embargo, la filtración parece tener otro responsable. Según ha informado el tabloide 'Bild' el autor del delito había sido Daniel Zabel, un funcionario de la justicia en Dresde que fotografió y publicó la orden de detención porque “quería que se conociese la verdad”. El responsable ya ha sido suspendido de su trabajo.

Violencia en las calles

Aunque AfD ha intentado desmarcarse de la violencia neonazi vivida en las calles de Chemnitz sus miembros han seguido atizando un claro discurso xenófobo. El diputado regional de la formación en la ciudad-estado de Bremen, Jan Timke, publicó en su cuenta de Facebook esa orden de detención, algo que llevó a la policía a incautar su ordenador portátil. El partido ultraderechista Pro Chemnitz también la difundió.

Los más de 20 heridos en las protestas ultras del domingo y el lunes no son el único símbolo de violencia racista en las calles alemanas. Durante la noche del miércoles tres personas golpearon brutalmente a una persona inmigrante de 20 años en Wismar, un pueblo al norte del país. Según detalló la policía, el joven, del que se desconocen más detalles, fue asaltado a base de puñetazos e insultos xenófobos y golpeado con una cadena de hierro, un caso que evidencia la creciente tensión que vive el país.

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