La contraofensiva europea a la decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de romper el pacto con Irán ya se ha puesto en marcha. La Unión Europea (UE) hizo público ayer un comunicado en el que deja clara su adhesión al pacto nuclear y al compromiso de que el Estado persa no sufrirá ninguna de las sanciones que Bruselas levantó en el 2015. Además, los ministros de Exteriores de Francia, el Reino Unido y Alemania preparan una próxima reunión con representantes del régimen iraní.

Uno de líderes europeos más activos fue el presidente francés, quien ya intentó el martes hasta el último momento hacer cambiar de opinión a Trump. Emmanuel Macron ha iniciado una ardua tarea de encaje de bolillos para preservar el acuerdo mientras, a la vez, abre la puerta a negociar un nuevo pacto.

Cada vez que Trump dinamita el multilateralismo, como ya hizo al desmarcarse del Acuerdo del Clima de París, Macron busca aislar al magnate norteamericano en la escena internacional. Una estrategia de dudosa eficacia que no desanima al Elíseo a trabajar activamente en el marco comunitario para preservar la unidad de los 28 y defender a las empresas europeas presentes en Irán -muchas de ellas francesas- que están bajo la espada de Damocles de futuras sanciones norteamericanas.

Macron habló por teléfono con su homólogo iraní, Hasán Rohaní, a quien expresó su voluntad de mantener el acuerdo nuclear multilateral y le pidió que Irán haga lo mismo. «La voluntad de Francia es la de continuar poniendo en práctica el acuerdo nuclear en todas sus dimensiones», explicó el portavoz de la presidencia francesa.

Ambos mandatarios acordaron trabajar de forma conjunta para que otros países puedan proseguir con el acuerdo del 2015 y preservar la estabilidad regional, reiteró el Elíseo, que agregó que los ministros de Exteriores de Francia e Irán «se reunirán para entablar lo antes posible un diálogo» para preservar el acuerdo.

Mientras, Trump advirtió de nuevo a Irán de que no reanude su programa nuclear si no quiere afrontar «consecuencias muy graves», y vaticinó que es «probable» que su plan de negociar con Teherán un nuevo acuerdo no llegue a buen puerto. «Aconsejaría a Irán que no reanuden su programa nuclear. Se lo aconsejaría rotundamente. Habrá consecuencias muy graves si lo hacen», sentenció Trump.

«Mientras Irán continúe implementando sus compromisos relacionados con la energía nuclear (...) la UE seguirá comprometida con el desarrollo completo y efectivo del pacto», advirtieron los 28 gobiernos de la UE en un comunicado conjunto. «El levantamiento de las sanciones es una parte esencial del acuerdo. La UE hace hincapié en su compromiso de garantizar que se cumpla», añade el texto.

Al margen de los factores políticos, la UE defiende también los intereses de las empresas europeas que a lo largo de estos dos últimos años han llevado a cabo importantes inversiones en Irán o han firmado relevantes contratos, como es el caso de la petrolera francesa Total y el consorcio aéreo europeo Airbus.

También en Rusia la actividad diplomática era frenética. El presidente Vladímir Putin aprovechó la visita del primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, para debatir conjuntamente los problemas de Oriente Próximo y buscar soluciones a una situación que calificó de «muy grave».

Antes de la llegada de Netanyahu a Moscú, el Ministerio de Exteriores ruso se mostró «profundamente decepcionado» por la decisión de EEUU de salir del acuerdo nuclear. «Quiero expresar la esperanza de que podamos no solo debatir, sino buscar soluciones», añadió el líder ruso. También son opuestas las posiciones de Moscú y Tel Aviv respecto al conflicto en Siria, donde Rusia es el principal aliado del presidente sirio, Bashar al Asad, junto con Irán, el gran enemigo de Israel.

A su vez, Netanyahu se mostró satisfecho de poder discutir con Putin los problemas regionales y «eliminar las amenazas de una manera prudente y responsable», dijo el líder hebreo.

INTERESES ECONÓMICOS

Francia es el cuarto socio comercial de Irán -tras Alemania, Italia y Holanda- con un nivel de exportaciones de más de 1.200 millones de euros. Los constructores PSA y Renault son líderes en el mercado del automóvil y el gigante aeronáutico Airbus se ha comprometido a fabricar un centenar de aviones para Iran Aire por valor de 17.500 millones de euros.

Mientras, la petrolera Total tiene prevista una inversión de mil millones de dólares para desarrollar la segunda fase del mayor yacimiento de gas natural del mundo, según el diario económico Les Echos. Todos estos proyectos llevan meses en barbecho por las amenazas de Trump que han acabado por materializarse.