El papa Francisco, quien ya el mes pasado reconoció que cometió graves errores en manejar las denuncias de abusos sexuales cometidas por el clero en Chile, ha pedido ahora perdón a las víctimas. Es lo que han revelado este miércoles en Roma tres abusados chilenos invitados al Vaticano para reunirse con Francisco, después de que, durante su último viaje a Latinoamérica en enero pasado, el Papa pusiera en duda sus denuncias, provocando una ola de indignación que ha sacudido de nuevo a la Iglesia católica por su todavía deficiente trato hacia las víctimas de estos delitos.

Con ello, Bergoglio, quien primero se reunió durante el fin de semana con los tres denunciantes de forma separada y luego en una reunión conjunta el lunes, se comprometió ante las víctimas de forma simbólica. Les pidió perdón "por haber sido parte del problema", al no haber creído durante varios años sus denuncias, y añadió que está abierto a que ellos le envíen sugerencias para futuras acciones, algo que ya empezará a ocurrir a partir de la semana que viene, según han explicado las víctimas.

Emprender acciones

“Creo que fue un perdón sincero. Pero también le pedí que no le tiemble la mano con las acciones que tiene que emprender”, ha puntualizado Juan Carlos Cruz, una de las víctimas, que fue uno de los mayores detractores del Papa por la defensa en enero de Juan Barros, obispo chileno acusado de encubrir los abusos del sacerdote Fernando Karadima. “Que quede claro que, a pesar de la disponibilidad del Papa (…), el perdón se manifiesta con las acciones y el resultado de esas acciones se verá dentro de poco tiempo”, ha añadido José Andrés Murillo, otro abusado.

Según explicaron, ahora el Papa tiene “muy claro” que “Barros sí veía cuando él (Karadima) nos abusaba”, ha relatado Cruz, al añadir que su conclusión es que el Papa ha sido “mal informado” por “la gente muy tóxica que tiene a su lado”. “Hablamos muy francamente y él sacudió la cabeza varias veces. Estaba dolido”, ha indicado James Hamilton Sánchez, el tercer integrante del grupo.

En esta línea, las tres víctimas apuntaron el dedo contra el cardenal Javier Cardenal Errázuriz y otros sacerdotes chilenos, acusándoles una vez más de complicidad en el ocultamiento de los abusos de Karadima. “Desde el 2002, el cardenal Errázuriz sabía todo. Pero el caso se escondió (…) y así llegaron a llamarnos serpientes, calumniadores…”, ha indicado Hamilton, al referirse a este cardenal que ocupa un cargo muy alto en El Vaticano. De hecho, Errázuriz es miembro del Consejo de Cardenales que asesora al Papa en su tarea de reformar a la curia, uno de los principales desafíos del papado de Francisco.

Terremoto clerical en Chile

El encuentro ha adelantado así el terremoto que se aproxima para la Iglesia chilena, una de las más desprestigiadas de Latinoamérica. Francisco ya ha convocado, para la tercera semana de mayo, a una treintena de obispos de la Conferencia Episcopal de este país, con el fin de debatir sobre la pederastia clerical.

Esta convocatoria, en estos términos, solo se ha producido anteriormente en otras dos ocasiones: en el 2002, cuando Juan Pablo II convocó a los obispos estadounidenses y, en el 2010, cuando Benedicto XVI hizo lo mismo con los de Irlanda. Circunstancia que ya ha suscitado toda una serie de especulaciones entre los vaticanistas romanos, según los cuales varios obispos chilenos e incluso el nuncio en el país, Ivo Scapolo, serán sustituidos.

Asimismo, los analistas también esperan nuevas medidas contra la pederastia clerical impulsadas por Francisco, quien ya ha declarado a Chile como país en “estado de emergencia espiritual”, como aclaró en su momento el portavoz vaticano Greg Burke. Por ello, según las víctimas, ”los obispos (chilenos) ya están haciendo un 'lobby' terrible para salvarse de la mano del Papa”.