Aunque tradicionalmente a San Isidro se le hacían rogativas para que llegase la lluvia a los campos y las cosechas fueran buenas, este año en Torralba la celebración de la fiesta del santo ha traído el buen tiempo y el sol.

Después de tantos días de primavera con lluvias, vientos y bajas temperaturas, por fin el 15 de mayo acompañó con una espléndida mañana a los numerosos vecinos que se acercaron a las piscinas municipales a disfrutar la fiesta de San Isidro, desde hace dos años declarada de ámbito local por la corporación municipal, recuperando así para los agricultores su gran día de descanso como antaño.

Con cohetes comenzaba ese sábado la mañana la fiesta, continuando con la procesión en honor al santo y la misa baturra.

Al mediodía el ayuntamiento ofreció en las piscinas un vermú a los vecinos, que corearon muy animados las jotas de la rondalla.

Se aprovechó la ocasión para enseñar el estado de las instalaciones de las piscinas, que ya están preparadas para la nueva temporada que comienza a primeros de junio.

Los más jóvenes continuaron la fiesta allí mismo hasta que en la tarde participaran en el concurso de guiñote, que estuvo muy reñido.

Con una merienda en el bar de la tercera edad, patatas asadas y coladilla para todos, se dio por finalizada la jornada, aunque algunos, repitieron al día siguiente con migas y paella.