Los alumnos de la Escuela Municipal de Folclore de Ejea participaron en el festival que se organizó el 4 de junio, en dos sesiones (infantil, por la mañana; y juvenil y de adultos, por la tarde) en el Teatro de la Villa.

La Escuela Municipal de Jota cuenta con tres secciones: canto, con Susana Gil y Efren Romero al frente; baile, con Sara Jiménez y Jesús Ángel Lacima como profesores; y rondalla, con la docencia de Cristian Ubieto. Las funciones de coordinación y dirección son realizadas por Sara Jiménez.

En el festival actuaron los niños y niñas que, a partir de cinco años, asistieron a clases en las diferentes disciplinas. No sólo el alumnado infantil sino también personas jóvenes y adultas que se acercan al aprendizaje del folclore y que participaron también en el festival.

Debido a los grupos tan numerosos y la diversidad de disciplinas, que llevaban al festival a una duración que superaba las tres horas, los profesores optaron por organizar este año dos sesiones.Una estuvo protagonizada por los grupos de baile y cantadores infantiles, celebrada a las 12.00 horas; y otra protagonizada por los grupos juveniles y adultos, a las 19.00.

La temática de canto sobre la que giró el festival infantil de la mañana estuvo relacionada con la vida cotidiana en los pequeños pueblos de montaña. Los niños de la sección de baile interpretaron jotas y bailes tradicionales de distintos puntos de la geografía aragonesa.

En el festival de la tarde, con los alumnos jóvenes y adultos, se pudieron escuchar jotas y estilos aragoneses, haciendo también un guiño a la jota cantada en las comunidades autónomas vecinas de Rioja y Navarra. Los grupos de baile interpretaron jotas y bailes tradicionales tales como la Jota de Teruel, el Paloteao de Aragües del Puerto o el Bolero de Zaragoza.

Como cada año, el festival se convirtió en un atractivo encuentro con nuestro folclore, con los alumnos de la Escuela Municipal como protagonistas, que mostraron s los avances que han realizado a lo largo del curso. La Escuela de Folclore volvió a sorprendernos y convertir el Teatro de la Villa en un espacio de homenaje a los ricos cantos y bailes de Aragón. T