La responsabilidad es de todos

El alcohol es una sustancia toxica para todos los órganos de nuestro cuerpo afectando a órganos como el hígado, el páncreas, el corazón… y provocando el desarrollo de patologías neurológicas, mentales…

Pero al margen de los problemas físicos que origina, el alcohol está detrás de conflictos familiares, problemas laborales, altercados y peleas, accidentes de tráfico, embarazos no deseados… Cuando bebemos, nuestra capacidad de control disminuye y existe más riesgo de actuar de forma compulsiva y sin control y por lo tanto el alcohol favorece los comportamientos de riesgo.

Instituciones, recursos sanitarios, profesionales que trabajan en el campo de las adicciones… todos son unánimes en afirmar que el alcohol es una de las drogas más peligrosas que existen, en parte por su fácil acceso y por la aceptación social que tiene. Y al hablar de menores el peligro es mayor.

El alcohol es extremadamente tóxico para el desarrollo del cerebro de los menores, les afecta a todos los niveles: disminuye su capacidad de atención y memoria y esto es un factor importantísimo en el fracaso escolar. El consumo de alcohol en la adolescencia aumenta la probabilidad de sufrir alcoholismo en la edad adulta y también la probabilidad de consumir otras drogas o incluso tener problemas con el juego (ludopatía).

Cuando un niño de 13 años bebe alcohol los fines de semana, esto es un indicio de que existe un grave problema social y este hecho es solo la punta del iceberg. En la base estamos toda la sociedad al completo en la que recae la responsabilidad: cualquier persona que tiene conocimiento de que un menor consume y hace la vista gorda (padres, profesores, adultos que les facilitan el alcohol…). Debería haber un rechazo total de la sociedad hacia estos comportamientos.

Más información en: Unidad de Atención y Seguimiento de las Adicciones, UASA Cinco Villas. C/Molino Bajo, 17. Ejea de los Caballeros. Teléfono 976667809/685909554. informaciondrogas@yahoo.es. T