Un total de 24 jóvenes de la comarca están teniendo la oportunidad de trabajar mientras se forman y aprenden un oficio en la cuarta edición de la Escuela Taller Riberas de Sancho. Como las anteriores ediciones, la escuela taller está promovida por la Comarca Ribera Alta del Ebro en colaboración con el INAEM y el Fondo Social Europeo. El proyecto comenzó el pasado mes de octubre y tiene una duración de dos años.

Las distintas ediciones de la Escuela Taller Riberas de Sancho siempre han sido una de las apuestas más importantes de la Comarca en los últimos años por lo que supone de fomento del empleo entre la gente joven: "Todas las ediciones han sido muy positivas", explica el presidente de la Comarca, Alfredo Zaldívar. "La última fue la que mejor funcionó a pesar de que contamos con menos alumnos, 16, y solo dos módulos. Para esta cuarta edición hemos recuperado un módulo".

La Escuela Taller Riberas de Sancho IV vuelve a contar con las especialidades de albañilería y carpintería, a la que se ha añadido instalaciones que incluye electricidad y fontanería. "Las tres son profesiones de futuro y básicas en el día a día de cualquier entorno. Además de aprender un oficio, los chavales trabajan revitalizando y poniendo en valor diferentes espacios de la Comarca. En la última edición fueron el matadero de Pedrola y los espacios de ocio de Figueruelas, que han sido dos obras muy valoradas, y esta vez van a ser un vivero de empresas en Pradilla de Ebro y la Casa de Cultura de Alcalá de Ebro", explica el presidente.

A pesar de ser la cuarta edición de la escuela taller comarcal, cada una es completamente diferente, como señala el director de la escuela, Julián Millán: "Cada escuela taller es un mundo. Aunque aprovechemos las estructuras, se empieza de cero. Los alumnos son diferentes y cada uno llega con un nivel de formación y estudios. Primero tienes que ver con qué gente cuentas y en función de eso planificar la escuela, por eso no tiene nada que ver esta con la anterior. Esta vez contamos con tres módulos, los trabajos son diferentes y el planteamiento diferente".

DOS FASES

La primera fase de la escuela taller se realiza durante los seis primeros meses y es totalmente formativa: "No se realiza ningún trabajo real. Es solo formación y prácticas no profesionales, porque la gente tiene que llegar a un determinado nivel para poder desarrollar el trabajo", explica el director. Cuando termina esta primera fase, a los alumnos se les hace un contrato y ya pueden empezar a trabajar en los proyectos de la escuela taller.

En esta ocasión, antes de comenzar a trabajar, los alumnos han realizado un curso de prevención de riesgos laborales: "Al inicio de la segunda fase los alumnos han realizado unos cursos de seguridad e higiene en el trabajo, un curso básico de 60 horas para todos los alumnos, y otro por especialidad, para que antes de empezar en la obra tengan perfectamente claro todos los riesgos que asumen y prevenirlos".

Desde que terminó la primera fase en el mes de abril, los alumnos han empezado a trabajar en el primero de los proyectos de esta escuela taller: la rehabilitación de una nave industrial para vivero de empresas en Pradilla de Ebro. "El Ayuntamiento compró una nave de la cooperativa con la intención de hacer un vivero de empresas", explica el alcalde de Pradilla de Ebro, Luis Eduardo Moncín. "Se elaboró un proyecto para la escuela taller y el INAEM lo aprobó. El objetivo es hacer cuatro locales, uno será para tanatorio municipal, y los otros tres viveros de empresas para facilitar que algún emprendedor local pueda iniciar un negocio y al mismo tiempo aumentar los servicios en el municipio".

El otro proyecto es terminar el edificio de la Casa de Cultura de Alcalá de Ebro, trabajo que se pondrá en marcha cuando termine el de Pradilla o incluso ambos se podrán compatibilizar al haber tres especialidades diferentes. A pesar de la importancia de los trabajos, el director insiste en que el principal objetivo de la escuela taller es la formación: "Esto no es una empresa, es un centro de formación, y nuestro objetivo es la formación para la inserción profesional de los alumnos. Las escuelas taller son una herramienta muy importante. Con esta edición hemos acabado de momento con el 5% del paro juvenil de la comarca. Son gente que estaba en el paro y que la mayoría no tenían ninguna formación, y los que la tenían era teórica. Aquí están recibiendo una formación eminentemente práctica".

Además, durante toda la escuela taller los alumnos siguen alternando el trabajo con la formación: "Todos siguen estudiando. Para ello contamos con el Aula Mentor de Figueruelas que es una parte fundamental de la escuela. Primero se determinó el nivel de cada uno de los alumnos, ya que la diferencia es abismal. Por eso se han hecho tres módulos de formación diferenciados según el nivel de cada uno, con el fin de que cuando terminen puedan continuar en la formación reglada".

El director de la escuela taller destaca dos detalles que indican que el proyecto está siendo un éxito: apenas ha habido movimiento de alumnos en estos primeros meses y las bajas laborales están siendo mínimas. "Esto se debe a que a los alumnos les gusta venir, se lo pasan bien y se dan cuenta que están aprendiendo. Además no son trabajos monótonos. También influye que la situación del empleo en general no es buena. Pero en otras ediciones había que echarle el lazo a la gente, y ahora vienen con mucho interés, ánimo y muy buena predisposición".