En Gallur continúan evaluando los daños de esta riada que, según estima su alcalde, Antonio Liz, "serán importantes". Al menos, "en las zonas municipales de la margen izquierda" --merendero, piscinas viejas...-- y "en algunas infraestructuras agrarias comunes como acequias o caminos".

"Afortunadamente, el casco urbano está salvaguardado. Pero si no se actúa efectuando una limpieza del cauce acabaremos teniendo los mismos problemas que otros pueblos como Novillas o Boquiñeni", lamenta el edil.

Liz recuerda que hace cinco años se extrajeron áridos del Ebro "y la anterior riada, llevando más agua, causó menos daños". Por ello, "no pedimos un dragado indiscriminado, pero sí una limpieza" para que el río vuelva a su antiguo cauce.