Los alcaldes de los municipios de la Ribera Alta del Ebro han vuelto a insistir en la necesidad de limpiar el cauce del río tras la última crecida del río, ya que con cada vez menos caudal se producen más daños y se ven afectadas más hectáreas de cultivo, infraestructuras e, incluso, los cascos urbanos.

Alfredo Zaldívar, alcalde de Remolinos y presidente de la Comarca de la Ribera Alta del Ebro, señaló que "el río nos ha demostrado una vez más que dos y dos no siempre son cuatro. Cada día está en peores condiciones. Han venido 2.000 metros cúbicos por segundo, 200 menos que en 2013, y el nivel del río ha cogido más altura. Aquí algo falla porque no es posible que en dos años se haya ensuciado tanto el río".

Zaldívar reconoce algunas de las actuaciones que se han hecho en los últimos años, pero cree que no son suficientes. "Los cascos urbanos, que son lo fundamental, no se han visto afectados. Y tanto en Pradilla como en Boquiñeni, Alcalá y Cabañas, la avenida ha pasado sin más. No así en Gallur, que sí ha tenido problemas en la parte baja. Pero fuera de los cascos urbanos ha sido una avenida que me ha dejado mucha preocupación porque en algunos sitios ha cogido niveles que no se habían rebasado nunca".

El presidente de la comarca ha visitado estos días varios de los municipios más afectados por la avenida. "La idea unánime y generalizada es la misma. Los políticos se han cansado de decir que lo que hay que hacer es limpiar, pero ahí estamos. El problema o el obstáculo es la normativa medioambiental y, sobre todo, Europa". Zaldívar cree que "habrá que empujar desde el Gobierno de Aragón y desde el de España para que eso se modifique y se pueda limpiar el río de una vez por todas. Creo que la gente de la ribera se merece" esa limpieza.

Alfredo Zaldívar piensa que tampoco sería necesario dragar todo el Ebro. "Se están gastando mucho dinero en muchas cosas y esto es algo prioritario en lo que se debería de gastar. No sé si la solución es dragar o no dragar el río. Nos conformaríamos con que quitasen ese follaje que tanto ha crecido en los últimos 25 años y que está taponando el río en superficie, al margen de que el lecho está cada vez más alto. Y es que muchas veces estamos preservando más algunas especies animales que al propio ser humano, porque lo que está claro es que ningún pueblo se merece ser inundado por el río o ser evacuado por culpa del agua. Y a la gente que vive en los pueblos habrá que dejarles intacto su medio de vida", concluye