Después de tres años de espera, por fin en el 2019, Bodegas San Valero podrá empezar a comercializar vinos ecológicos. Esa es la fecha en la que se empezarán a recoger los frutos del proyecto Almo Ecowine que desarrolla Almonacid de la Sierra, donde espera recoger el próximo año 2 millones de kilos de uva que se convertirán en 1.700.000 botellas. Con 330 hectáreas, se trata del mayor viñedo de producción ecológica que hay en Aragón y procede de la cooperativa San Nicolás de Tolentino (SNT) del citado municipio, cuyas instalaciones se reconvirtieron en el 2010 para este fin.

Según Pedro Fatás, presidente de Bodegas San Valero, es un proyecto que supone «la participación en un mercado nuevo», una aventura en la que la empresa lleva trabajando tres años, «el tiempo necesario para la reconversión del viñedo», apunta. Así lo exige la Unión Europea para lograr la categoría de ecológico, algo que se consigue cumpliendo con un sistema de inscripción, control (del campo, de la elaboración y del producto final) y certificación hasta lograr el sello de garantía.

No cualquier cultivo puede empezar a producir vino ecológico por el hecho de planteárselo. Es un proceso largo en el que hay que hacer varias gestiones, entre ellas, el plan de conversión de todo el viñedo y algunas auditorías que incluyen visitas al campo donde se cultivará. Otros requisitos de la UE para conceder el certificado es que no se pueden usar pesticidas. Así, las luchas contra las diversas plagas se debe hacer con productos que como el vino sean ecológicos.

Además, desde el lado de la bodega deben prepararse las instalaciones para poder operar en los mercados exteriores con todas las certificaciones necesarias. Esto es muy importante ya que, como recuerda Fatás, «más de la mitad de nuestras ventas van a parar al extranjero, a más de 23 países».

En la iniciativa Almo Ecowine también colaboran la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA), la Comunidad de regantes de la Somera, el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Estos dos últimos centros, se encargarán de asesorar y verificar que el proyecto logra el certificado. Para ello, debe garantizar aspectos como el uso eficiente del agua en los viñedos, ajustando el riego a las necesidades del cultivo en el régimen de producción ecológica. También se debe disminuir la contaminación agraria difusa en los viñedos mediante la fertilización orgánica y la contabilización del contenido en nitratos del agua de riego.

El proyecto se presentó a las ayudas concedidas en el 2016 por el Departamento de Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón para apoyar acciones de cooperación de agentes del sector agrario, en el marco del Programa de Desarrollo Rural para Aragón 2014-2020.

Bodegas San Valero y la cooperativa San Nicolás de Tolentino (SNT), que cooperan en esta iniciativa, buscan plantear una lógica de negocio que aglutine rentabilidad, sostenibilidad y diferenciación. De momento esperan al año que viene. T