Las I Jornadas Pedagógicas de Alpartir cumplieron su objetivo y se convirtieron en un foro de debate, participación y reflexión en torno al papel de la escuela rural en la despoblación. Tal y como explica Juan Antonio Rodríguez ‘Yiyi’, director del CEIP Ramón y Cajal de Alpartir y coordinador de las jornadas, «unas 40 personas entre familias, docentes y personal de la Administración expusieron sus distintos de vista lo que resultó muy enriquecedor».

Así, tras la presentación a cargo de la alcaldesa de Alpartir, Marta Gimeno, y Jesús Calvo, en representación del departamento de Educación de la DGA, que habló del observatorio de la escuela rural en Aragón que se va a poner en marcha, comenzaron las ponencias. Así, Pablo Dolz, Jefe de Servicio de Ordenación del Teritorio de la DGA, que se encargó de exponer la directriz contra despoblación que ha elaborado el Gobierno de Aragón y detalló las medidas de dicha directriz relacionadas con la educación y que son de obligado cumplimiento.

Después fue María Blasco, profesora en Ateca y coordinadora del seminario ‘La educación como herramienta para frenar la despoblación en el medio rural’, quien realizó una clara exposición sobre este tema.

Mientras, Luis Antonio Sáez, director de la Cátedra sobre Despoblación y Creatividad, puso sobre la mesa las experiencias que han llevado a cabo otros países en torno a la educación en el medio rural y apuntó que la sociedad del siglo XXI va a priorizar el trabajo en valores y el trabajo en equipo. Así, como indicó Yiyi, estos tres ponentes, que junto a Jesús Calvo participaron también en una mesa redonda, permitieron contemplar de forma amplia la situación de la educación en el medio rural partiendo de los datos del pasado, el análisis del presente y las propuestas de futuro.

Ya por la tarde, Salvador Berlanga, profundo conocedor de la escuela rural, compartió su dilatada experiencia en este campo con los presentes y degustando un té y pastas elaborado por las madres marroquís de Alpartir, una experiencia que se completó con las vivencias de José Luis Murillo, maestro rural en Sahún (CRA Alta Ribagorza), que contó como gracias al proyecto educativo de este centro la escuela ha pasado en los últimos años de 4 a 20 alumnos.

Lo que quedó claro, como volvió a destacar el coordinador de estas jornadas, es que la escuela rural «se enfrenta a muchas dificultades pero siempre hay que hablar de la escuela rural en positivo, porque qué familia va a querer venir a un pueblo si se habla en negativo. Además, en la escuela rural hay más relación con los alumnos, con las familias, se fomenta más la expresión oral y otros factores que son un valor añadido», explicó el director del colegio de Alpartir.

La jornada, que tuvo una previa el día anterior con la presentación en la biblioteca del libro Los que dejaron su tierra, de Marta Salguero y Ana Sánchez Borroy, acabó con el concierto de música tradicional a cargo del grupo Araboas.

Sin embargo, y aunque todavía queda un año, los organizadores ya están pensando en la próxima edición de esta cita que se celebrará siempre en torno al 11 de mayo, día del aniversario del colegio de Alpartir, y que el año que viene estará centrada en la educación inclusiva. T