La planta de Lear en Épila fabricará los asientos del nuevo Opel Corsa a partir del 2020. La noticia fue comunicada el 22 de febrero por la dirección de la compañía a los trabajadores que, de esta forma, aseguran sus puestos de trabajo, al menos, hasta el año 2025. El contrato lo supone todo para la factoría y para sus 270 empleados, ya que en caso de haber perdido esta adjudicación tendría que haber echado el cierre en el 2019, año en el que se dejará de producir la actual generación del coche estrella de Figueruelas.

«Suponía estar cerrados o abiertos», señaló el secretario del comité de empresa, Francisco Pimpinela, a El Periódico de Aragón que destacó los años tan complicados a los que ha tenido que enfrentarse la plantilla hasta conocer la adjudicación de los asientos por parte del grupo automovilístico PSA. De hecho, se negoció un convenio en el 2016 con vistas al cierre definitivo, ya que no podía competir por el contrato, pero la compra de Opel por parte del grupo francés devolvió las esperanzas.

A cambio, la plantilla de Lear en Épila aceptó, en octubre pasado, reducir sus salarios a partir del 2020 para poder optar a la fabricación de los asientos del Corsa. En concreto, los trabajadores sufrirán un recorte del 3,5% en sus nóminas en el 2020, además de una congelación de los salarios durante los cuatro años siguientes, según recordó ayer el presidente del comité, Isidro Agustín, que recalcó que la alternativa era el cierre.

La asignación a la planta de Lear en Épila supondrá nuevas inversiones para la compañía, ya que tendrá que adaptar el nuevo producto a la plataforma CMP de PSA, que se implantará en Figueruelas. En la planta aragonesa también se montará el nuevo Corsa, que tendrá una versión eléctrica pura. El contrato también podría suponer un incremento del empleo, aunque Agustín cree que, si no sube mucho la demanda del Corsa podremos hacer los asientos del modelo con los 270 trabajadores que hoy tiene la factoría. T