La climatología fue este año una invitada inesperada en las fiestas de San Blas de Santa Cruz de Grío. La tan necesaria lluvia hizo acto de presencia el domingo 4 de febrero obligando a trasladar la mayor parte de los actos de ese día, jornada de San Blasico, al sábado siguiente.

Tal y como explica el alcalde de Santa Cruz de Grío y miembro de la Cofradía de San Blas, Raúl Cubero, las fiestas comenzaron el viernes 2 con el tradicional encendido de las hogueras, la degustación de pastas y moscatel y baile por la noche y, al día siguiente, se celebró la procesión y misa baturra en honor al patrón, el concurso de guiñote y nueva sesión de baile. Unos actos que estuvieron muy concurridos pese al frío que hizo durante esos días.

Sin embargo, el agua empezó a caer el domingo por la mañana impidiendo hacer el recorrido y tradicional baile con San Blas por las calles, el acto más destacado de estas celebraciones que se trasladó al sábado 10. Los actos del día 5 se llevaron a cabo con normalidad, a pesar de la nieve, y los vecinos disfrutaron del rico chocolate caliente tradicional de la jornada de Santa Águeda.

De esta forma, el sábado 10, con algo menos de afluencia de lo que es habitual, los cofrades llevaron a hombros al santo por las calles y bailando al ritmo de la charanga, mientras paraban cada cierto tiempo para reponer fuerzas en las casas de los vecinos que ofrecían pastas y otros alimentos típicos y elaborados por ellos mismos a los participantes y realizaban donativos que luego, al término del recorrido, se rifaron.

Un año más, el recorrido del baile de San Blas y la posterior rifa se alargaron casi cinco horas, según explica el alcalde, quien recuerda que lo recaudado en la rifa es para la Cofradía de San Blas, para hacer pequeñas restauraciones al santo cuando este lo necesita y realizar un donativo a la iglesia. Además, tras el baile, por la tarde se realizó una chorizada popular y una discomóvil para rematar la jornada que acabó con la traca final. T