Desde el pasado 30 de julio, se encuentra en periodo de información pública el proyecto del embalse de Mularroya y su nuevo estudio de impacto ambiental, durante un plazo de 30 días a contar desde la fecha de publicación en el BOE. Así lo informó la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a través de una nota de prensa en la que insistió en que "el nuevo procedimiento de evaluación de impacto ambiental subsana las deficiencias de protección ambiental detectadas por el Tribunal Supremo, que fundamentaron la sentencia que anulaba las resoluciones aprobatorias del anterior estudio de impacto ambiental y, por tanto, del anteproyecto y proyecto". Una sentencia tras la que la CHE decidió paralizar de forma cautelar las obras del embalse en el mes de marzo de este año.

Pero según indican desde el organismo de cuenca, el nuevo documento "ha reforzado las medidas correctoras" y es fruto del trabajo de un equipo multidisciplinar constituido por biólogos, ambientólogos y químicos de la Cátedra de Medio Ambiente de la Universidad de Alcalá, que han revisado y muestreado durante los últimos tres años todas las zonas afectadas por el proyecto.

Por ello, se muestran optimistas y avanzan que, tras superarse la fase de exposición pública, "el nuevo proyecto y la declaración de impacto ambiental podrían aprobarse de forma definitiva a principios de 2014, lo que permitirá continuar con el contrato de ejecución de la obra". Mientras, "en cuanto a la petición realizada ante la Audiencia Nacional para continuar los trabajos hasta la cota 454,5 se sigue a la espera de la resolución del tribunal", indican.

Los documentos que han salido a información pública recientemente, para que todos aquellos interesados puedan presentar alegaciones, son tanto el proyecto de construcción del embalse de Mularroya como el proyecto de Obras Complementarias n°1, así como los anteproyectos de desvíos parciales del Oleoducto Rota-Zaragoza (tramo Ariza-La Muela) y de la línea eléctrica Magallón-Terrer/Medinacelli-Rueda de Jalón, además del estudio de impacto ambiental de las cuatro actuaciones.

MEDIDAS CORRECTORAS

Según la CHE, el equipo multidisciplinar de la Universidad de Alcalá "ha estimado con las técnicas más modernas, el impacto que el proyecto puede causar sobre la flora, la vegetación, la fauna, los espacios protegidos y la red hidrológica".

Así, "las medidas correctoras que se proponen, además de garantizar que el proyecto no pone en riesgo la integridad de los valores naturales de la zona, son de amplio calado y muchas de ellas, innovadoras", afirman.

Por ejemplo, "se propone el rescate y reproducción de la flora de interés de las zonas a inundar; la mejora del hábitat de los peces autóctonos; la creación de nuevos refugios de quirópteros (murciélagos); la mejora de la situación de las grandes rapaces; varias medidas de seguimiento y mejora del conjunto de las especies rupícolas y riparias y un trabajo de restauración vegetal de gran amplitud, con formaciones con mayor representación y calidad".

De forma paralela a la obra, también "se plantea un plan de vigilancia muy ambicioso, con medidas mensuales de calidad de agua, control de procesos de desbroce y tala, seguimiento de medidas correctoras y un control exhaustivo de las incidencias de las obras". Además, se ha hecho "especial hincapié en medidas sobre el águila perdicera, la madrilla, la nutria, los quirópteros y las especies rupícolas".

Así mismo, el estudio reconoce una afección a dos espacios protegidos. En concreto a un 0,6% del LIC Hoces de Jalón y un 2,14% de la ZEPA Desfiladeros del Jalón, "aunque se considera que el proyecto no afecta significativamente a los objetivos de conservación de estos espacios y se proponen numerosas medidas que permiten evitar los mayores impactos sobre estas zonas", indican desde la CHE en un comunicado de prensa.