Aunque el diseño del macrocomplejo alimentario de Épila todavía es provisional, poco a poco se van conociendo algunos detalles sobre su distribución interna. Las naves que ocuparán las 188 hectáreas tendrán todas ellas placas solares para garantizar una parte del suministro eléctrico. También habrá plantas de reciclaje para plásticos y una depuradora propia. El objetivo es reducir al máximo el número de emisiones.