La paciencia de los vecinos del Arrabal está llegando a su límite ante una situación que más de uno ha calificado de "un escándalo porque cuando terminan de hacer una cosa la deshacen". El descontrol y los continuos retrasos de los trabajos urbanización del ámbito U-11 del Plan de Riberas de Zaragoza es la razón del malestar de los ciudadanos que, entre los últimos "disgustos", han comprobado como la piqueta destrozado las baldosas colocadas en la calle Arquitecto de la Figuera durante las últimas semanas.

Al margen de los problemas generados por los restos encontrados en el balcón de San Lázaro, que también se incluyen en esta misma actuación, los vecinos consideran que las cosas se están haciendo mal, que el ayuntamiento "pasa" y que ellos son los principales perjudicados.

El paseo de la Ribera lleva restringido al tráfico rodado desde el pasado 24 de julio, cuando el ayuntamiento anunció que la calle estaría cortada durante dos meses. Van camino de ocho, y los vecinos y comerciantes apenas pueden usar la calzada porque no se ha echado la capa asfáltica y porque las dos entradas de la vía están en obras: la del túnel del puente de Piedra --mientras se analizan los restos del balcón de San Lázaro-- y la de García Arista, que se cerró en enero por un plazo estimado de cuatro semanas.

Desde el ayuntamiento aseguran que esta vía no se podrá abrir hasta que se decida una solución para el túnel del balcón de San Lázaro, que forma parte de la misma unidad de actuación. Una medida que los afectados consideran "desproporcionada".

Los vecinos critican también que tras más de siete meses de obras, entre el puente de Piedra y la esquina con García Arista, las vallas siguen impidiendo usar la calle con normalidad, a pesar de que los operarios no trabajan en la zona desde hace semanas, así como la colocación irregular de muchas baldosas. "Hace unos días derribaron parte del carril bici en la unión de Arquitecto de la Figuera y el Paseo de la Ribera al ver que no coincidían", explica uno de los vecinos.