La situación en el barrio del Picarral, en Zaragoza, comienza a ser "dramática" en cuestiones sociales. Así lo aseguró Juan José Jordá, portavoz de la asociación de vecinos, que aseguró que son cada vez más las familias que necesitan ayuda para comer y los niños que acuden sin desayunar a los centros educativos del barrio.

De hecho, desde la asociación proporcionan bolsas de desayuno semanales a 20 familias necesitadas del Picarral para que los niños no tengan que ir en ayunas al colegio. Este número ha crecido en los últimos años. Desde que en el 2012 empezasen con esta iniciativa han crecido las familias que necesitan la ayuda para sobrevivir. Comenzaron atendiendo a ocho unidades familiares y, aunque no son números muy representativos, saben que la cantidad de gente que lo necesita en el barrio es mayor.

Para saber qué familias y niños necesitan verdaderamente asistencia por parte de la entidad vecinal --que también colabora con la parroquia--, trabajan en coordinación con las trabajadoras sociales municipales y con las de Cáritas. Cuando los centros escolares notifican que un niño no está recibiendo la alimentación necesaria en su casa se lo trasladan a estas entidades y es así como se dan a conocer los casos. "No es mucha gente a la que ayudamos pero lo que sí que tenemos seguro es que es gente que lo necesita", explicó Jordá.

Esta iniciativa no supone un coste para la entidad de vecinos ya que se abastece de acciones voluntarias de Banco de Alimentos de Zaragoza y de comercios y vecinos del Picarral.

Además de leche y bollería para el desayuno, también se incluye en la bolsa alimentos básicos para facilitarla adecuada nutrición para estas unidades familiares. Legumbres, arroz o pasta son algunos de estos víveres, aunque Jordá insistió que cada vez más se pide que estos alimentos se entreguen ya cocinados porque son muchas las familias que no pueden cocerlas en su vivienda. "Este barrio es un caos y hay mucha gente en riesgo de ser desahuciada de su casa", explicó el presidente de la agrupación.