El libro que ha escrito Mónica García transcurre por el corredor verde del Gállego, recogiendo la singularidad natural de cada municipio, Zuera y Ontinar de Salz, San Mateo y Villanueva de Gállego, que componen la Mancomunidad del Bajo Gállego.

«Se pretendía buscar el nexo de unión de los pueblos, y se ha encontrado en el río Gállego, ya que sus aguas trascurren por todos ellos, y junto con las riberas constituye un corredor verde que los comunica de manera natural», reconoce la escritora.

También se «quería dar a conocer los equipamientos ambientales que existen en estos pueblos, como es el punto limpio, en materia de reciclaje de residuos, o la EDAR (depuradora de aguas residuales)», explica García. Todo ello, unido a la orografía y la historia de la zona, «muy rica en yacimientos arqueológicos», precisa.

El Gállego también se utilizaba como vía de comunicación histórica, la Via Latta, camino seguido por los romanos para ir de Caesaraugusta (Zaragoza) hacia el norte, el pirineo (Bearn francés).

Además con la particularidad «de que en este tramo del río Gállego, el cauce circula en dirección norte-sur, y dicho camino histórico coincide con la disposición de las estrellas que componen la Vía Láctea, que los antiguos ya empleaban como hito para orientarse por la noche en sus viajes», explica Mónica.

La geógrafa también destaca la riqueza natural de la zona, donde se pueden encontrar el Martín pescador, la garza imperial, el ánade real, cormoranes, y en materia natural, árboles como chopos, sauces, tamarices y carrizos , «que forman el bosque de ribera que acompaña al rio Gállego en este tramo», señala la experta. T