La riada del Gállego, que duplicó con creces el nivel de avenida ordinaria en Zaragoza --pasó de 800 metros cúbicos por segundo cuando el cauce admite 325--, provocó el pasado domingo 21 de octubre en la capital aragonesa y en poblaciones como Zuera y San Mateo de Gállego una jornada de zafarrancho con cortes de carreteras, caminos y calles, daños en acequias, la inundación de bajos y vías y el desalojo de vecinos.

La cresta de la crecida --de 820.000 litros por segundo-- llegó a Zuera la madrugada del domingo y pasadas las seis de la tarde a Zaragoza. Y lo hizo, como consecuencia de las copiosas y constantes aportaciones de los barrancos, en forma de meseta, que se mantuvieron durante más de ocho horas. Esa circunstancia, y el que la propia corriente del Ebro hacia el este frenara su evacuación, multiplicó los daños, que en ningún caso llegaron a ser personales.

En la capital aragonesa, sobre las cuatro de la mañana del domingo 21 fueron desalojados la veintena de ocupantes de la urbanización Peña Soto Ortiz, en el barrio de Peñaflor, y de otras casas y torres cercanas al río, que anegó sus viviendas.

En Movera quedaron cortados los caminos de la Vaquería y del Vado y fue desalojada la perrera de Adepca al inundarse. Paralelamente, la Policía Local y los Bomberos inspeccionaron varias granjas en los barrios rurales cercanos al Gállego y en el área de la avenida de Cataluña.

Una de las zonas a las que los responsables de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y de Protección Civil hubieron de prestar especial atención en Zaragoza fue al puente del ferrocarril de la papelera la Montañanesa. Temían que una obturación de los ojos del puente pudiera agravar los efectos de la crecida, aunque esa situación no llegó a producirse.

La cresta de la avenida, que llegó en torno a las 18.30 horas a la capital aragonesa, llegó a cubrir el balasto de la vía de tren cercana al Tercer Cinturón, que fue cortado a la circulación entre La Jota y Vadorrey, al tiempo que el agua inundaba amplias zonas de ambos barrios.

Los bomberos, que a lo largo de toda la jornada estuvieron realizando tareas de inspección, movilizaron a una docena de voluntarios de Protección Civil para organizar tres puntos de vigilancia en zonas en las que existía el riesgo de que la crecida causara daños: la pasarela peatonal de la avenida Cataluña, un punto de Movera y una zona de viviendas cercana a la factoría de Balay.

BAJO GÁLLEGO

Durante la madrugada y la mañana del domingo 21 de octubre, la riada anegó varias zonas urbanas de Zuera y de huerta en San Mateo de Gállego. En la primera localidad, el ayuntamiento ordenó el cierre de calles para evitar la presencia de vehículos en el área de riesgo.

Según explica José Manuel Larqué, teniente de alcalde de Zuera, el río Gállego, a su paso por el casco urbano de la localidad, "invadió campos, huertos y zona agroindustrial, y hasta la cota más baja del casco urbano", que es el barrio de las Balsas. Se trata de una zona inundable, como su propio nombre indica, cuyo suelo se elevó un metro y medio cuando fue urbanizada, "cota que se pensaba que no podía superar el agua", confiesa Larqué.

Pero es que esta crecida fue extraordinaria. Según Larqué, "se habla de que hace más de 30 años, desde el año 1979", que el río no alcanzaba tal caudal. "En 2003 hubo otra riada, pero entonces bajaron 600 metros cúbicos por segundo. Y en este caso llegaron a bajar 820", recuerda. "La CHE nos advirtió de que podían bajar hasta 700 metros cúbicos por segundo. Pero claro, fueron 820, y hubo varias sorpresas".

No se vieron afectadas viviendas, negocios ni edificios municipales. Pero "fue alarmante la rapidez con la que avanzaba la riada en el momento en el que saltó la rotonda de la zona norte, cuando el agua alcanzó medio metro --señala Larqué--. Pero, afortunadamente, se encauzó muy rápidamente hacia el sur", desembocando hacia los campos, a cota más baja que las viviendas (ver mapa). Los daños en la zona de cultivos están todavía pendientes de valoración económica.

En cambio, sí que están cuantificados los daños en las piscinas de verano, donde se inundaron las bombas de la depuradora. La limpieza del complejo deportivo y el arreglo de las bombas ascenderá a 45.000 euros. Al igual que en toda la zona del parque de la plaza de toros, donde ha habido arrastre de tierras.

La reposición de estos caminos de alrededor de la plaza de toros supondrá una inversión de 5.300 euros. Otros 5.000 se estima que costará arreglar diversos caminos rurales de Zuera.

Ahí no acaban los destrozos producidos en Zuera por la riada. Y no hay compañía privada que asegure una zona inundable. Pero "quienes sí han mostrado interés han sido tanto la Delegación del Gobierno como el Gobierno de Aragón, que están estudiando distintas líneas de ayudas, sobre todo para equipamientos municipales", destaca José Manuel Larqué.

Se produjo el desprendimiento de un muro de contención en la calle Ramiro I, en la zona alta del pueblo, cuya reposición asciende a 3.800 euros. Y otros 800 más costará reponer el de Balsas.

Entre limpieza de restos, alquiler de maquinarias y la ejecución de aliviaderos, el