Érase una vez un servicio comarcal que dejó de interesarse por su labor, quizá porque se sentía cansado y triste: el Servicio de Juventud de la Comarca Campo de Belchite. Día a día, preparaba actividades sin ilusión, hasta que el espíritu navideño llegó hasta él para hacerle una advertencia: tenía que volver a sentir ilusión por su labor. Por ello recibiría la visita de tres fantasmas.

En la primera noche, llegó el de las Navidades pasadas. Junto a él, el Servicio de Juventud pudo ver todas las actividades que había realizado durante estos años, todos los problemas que había tenido, y cómo los había solucionado. Sobre todo, se fijó en la cara de los niños y jóvenes que habían acudido a sus anteriores actividades, llenas de felicidad y agradecimiento.

Durante la segunda noche, le visitó el fantasma de las Navidades presentes, que le mostró una imagen suya ante el ordenador, programando las actividades que iban a tener lugar en el instituto y en las localidades de la comarca. Se vio solo, agobiado…

La tercera noche, le visitó el fantasma de las Navidades futuras para mostrarle una imagen que le produjo alegría y miedo a la vez: la entrada a formar parte del proyecto Jóvenes dinamizadores rurales de Aragón, gracias a Adecobel. Este había sido un objetivo perseguido durante años.

Sin embargo, el Servicio de Juventud temía de la acogida que esta noticia iba a tener entre los jóvenes. A la mañana siguiente, tras comprobar que todo había sido un sueño, comprendió que debía luchar y creer en su labor, que todos los problemas que habían surgido, surgían y surgirían podía solventarlos con esfuerzo y tesón. Para ello era imprencindible el apoyo de los niños, jóvenes y las familias que participan activamente en todas sus actividades. ¡Feliz Navidad¡. T