La añada 2016 comenzó con un invierno templado y muy húmedo, que registró abundantes precipitaciones a lo largo de los primeros meses del año. Continuó igualmente la primavera con un régimen de lluvias cuantiosas y bien distribuidas, hasta llegar al mes de mayo, en el que se registraron entre 90 y 100 litros por metro cuadrado, en toda la zona geográfica que compone la DO Campo de Borja.

La primavera fue una estación más bien fresca, con temperaturas suaves y con el cierzo como protagonista, hasta bien entrado el verano. Este periodo, crítico en la DO Campo de Borja, dado que es cuando se produce la floración de todo nuestro viñedo, pero especialmente de la variedad garnacha, produjo una floración algo heterogénea, que ha llevado como consecuencia un cuajado menos abundante que el año anterior y, por lo tanto, con racimos menos compactos y más claros.

A excepción de los últimos días, el verano de este año está siendo menos caluroso que el año anterior y muy seco, con prácticamente ausencia de precipitaciones desde mediados de junio, lo que puede limitar la producción si continúa la sequía hasta la vendimia.

UN 20-25% MENOS

En la actualidad, las bodegas, los técnicos y enólogos de la DO Campo de Borja consideran que la previsión de cosecha para 2016 es muy buena, y sitúan la producción esperada en unos 28-30 millones de kilos. Esta producción podría suponer entre un 20-25% menos que el año anterior, cuya cosecha fue de 38,4 millones de kilos, aunque respecto a la media histórica de la DO Campo de Borja (23,2 millones de kg), tendría un incremento de más del 25%.

Estaba previsto que la vendimia comenzase en Campo de Borja con las primeras uvas de moscatel a finales de agosto o primeros de septiembre, para prolongarse hasta noviembre, dado que su ciclo de maduración llevaba un retraso con respecto al año anterior de 8-10 días.