Desde los Servicios Sociales Generales de la Comarca del Campo de Borja no queremos dejar pasar la ocasión para manifestar nuestra sorpresa e inquietud ante la reciente sentencia leída por el presidente de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra en la que se condenó a los cinco acusados a nueve años de cárcel cada uno por un delito de abuso sexual continuado y fueron absueltos de agresión sexual, robo con violencia o intimidación y de un delito contra la intimidad a la pandilla La manada.

Sorpresa e inquietud por la indefensión e impotencia a la que se arroja a la mujer por las instituciones encargadas de velar y proteger su dignidad. Este dictamen, como no podía ser de otra manera, no es sin consecuencias y marca lo social de modo irremediable porque trasmite un mensaje de desproporcionalidad entre el acto y sus consecuencias para los protagonistas y de carga añadida para la víctima.

Las ciudadanas y ciudadanos afortunadamente no han permanecidos pasivizados ante este despropósito y se han movilizado en la mayoría de las ciudades y pueblos de España para acompañar a la víctima y su familia y decir básicamente que ya vale de agresiones a las mujeres y que la mujer no es objeto para el goce del hombre. Estas protestas han alcanzado tal sonoridad que hasta la responsable de la ONU para la Mujer, Purna Sen, señaló que la sentencia del caso de La manada subestima la gravedad de la violación.

Pero podríamos ir un poco más allá. Este acto de agresión de La Manada y sus amigos, no debemos olvidar que hubo una retrasmisión vía mensajes de Whatsapp donde otros que no estaban presentes también gozaron del «todo vale» sobre el cuerpo de esta mujer, se podría poner en serie con todas las agresiones y violencias contra la mujer que vienen sucediéndose de forma recurrente.

Son muchas el número de mujeres muertas o atacadas en circunstancias que corresponden a lo que coloquialmente se conoce como relación de pareja, deviene en la actualidad en una modalidad de «plaga» que los medios de comunicación sitúan con frecuencia en las crónicas de sucesos: la violencia hacia las mujeres insultadas, golpeadas o matadas por su partenaire masculino.

Los casos de mujeres violentadas en estas circunstancias son muy elevados y cada año el número de denuncias crece y los poderes públicos se ven impotentes para frenar estos dramas.

La violencia contra la mujer en cualquiera de sus concreciones constituye una grave violación de los derechos humanos, que junto con los distintos sufrimientos que lleva asociada constituye un grave obstáculo para denominar a nuestra sociedad como democráticamente avanzada.

La agresión, las violaciones, son actos decididos y por tanto plenamente imputables. Por ello, desde los Servicios Sociales de la Comarca del Campo de Borja manifestamos nuestro compromiso técnico y personal en el apoyo a esta y a todas las mujeres atacadas por el «otro» criminal y nuestro interés en que se produzcan los cambios legislativos que supongan un mejor soporte para acompañarles en la superación de las secuelas de esta violencia. T