Dice el refranero que «año de nieves, año de bienes»; pues esperemos que el dicho se cumpla y el 2018 sea, a diferencia de su antecesor, un buen año agrícola.

Los Reyes Magos trajeron a Mezalocha un blanco manto que, aunque no en demasiada espesura, dejó 22 l/m², contribuyendo a paliar un poco la acuciante sequía que venimos padeciendo, al mismo tiempo que nos regalaba unas hermosas y relajantes imágenes del duro y cambiante paisaje mezalochano.

Un otoño extremadamente seco, y un pantano a poco más del 10 %, no hacen presagiar una buena campaña, pero esperemos que la climatología caprichosa pueda revertir la situación. T