Lluc Baños (Barcelona). El proyecto Rastro consiste en la instalación permanente de una escultura en piedra en un espacio acordado entre el artista y la organización y la realización de un mural. La escultura es una réplica a escala real de una maleta de viaje, objeto que remite tanto a los procesos migratorios, la desruralización y despoblación de los pueblos como a la idea de retorno y movimiento constante. El mural, por su parte, hace referencia a la pieza misma de forma sintética y busca evocar la idea de huella y memoria.

Abel Jaramillo (Badajoz). El proyecto plantea el gesto de levantar la vista a raíz de un fragmento del Canto a la libertad de José Antonio Labordeta: «al levantar la vista veremos una tierra…». Este acto supone una mirada poética: alzar la vista para ver lo que hay bajo los pies. A su vez, plantea una tensión histórica, entre pasado y futuro a través del paisaje y mirada. La canción como memoria inmaterial del lugar se une a una idea de paisaje, territorio, cotidianidad e identidad. Bajo esta premisa, se plantea una relectura de la historia que contenga este gesto aplicado a la intervención urbana. Una relación entre texto y paisaje a través de lo fragmentado, de lo incompleto, entendiendo la historia como un collage de informaciones y documentos.

Cristina Ramírez (Toledo). La parra, el buitre y la azada es un mural realizado ex profeso para Ababol Festival. La obra conecta con una investigación plástica reciente de la artista en torno a la representación del horror cósmico. Con este mural, Ramírez vinculará los planteamientos de su trabajo con la propuesta del festival, la invitación a la reflexión sobre la despoblación de los entornos rurales, el arte y la memoria. T