Ángel Lorén, presidente de la Junta Municipal de Santa Isabel, criticó los problemas de movilidad que viven sus vecinos tras la eliminación de la línea de autobús 45 y solicitó una reunión con el alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch, para abordar esta situación. Lorén señaló que la modificación de las líneas de buses urbanos por la implantación del tranvía supuso que los vecinos del barrio perdieran el 50% del servicio de buses tras la supresión del 45.

Este hecho, subrayó el concejal del PP en el consistorio, ha supuesto un "completo aislamiento" de este distrito ya que "la única conexión" que tiene con la ciudad es la línea 32, en la que a menudo se dan problemas con las frecuencias. Lorén insistió en que el servicio del 32 es "lamentable" y que el estudio de la línea realizado por la asociación de vecinos muestra que las frecuencias, que en teoría deberían ser de seis minutos, no se cumplen. El presidente de la Asociación de Vecinos Gaspar Torrente, José Ramón Villalba, aseguró que "se llegan a ver frecuencias de hasta 20 minutos cuando deberían ser menores".

En opinión de Lorén, hay medidas como la modificación de la ruta de la línea 32, "que no supondría incrementar kilómetros ni gastos", pero podría mejorar la situación de la movilidad en este distrito. Pero la principal, insistió, es "que el alcalde nos reciba y escuche a los vecinos de Santa Isabel".

MOVERA

En Movera, el servicio de transporte público que conecta el barrio rural con Zaragoza vuelve a acumular numerosas quejas de los usuarios, que a diario deben hacer frente a situaciones como la masificación en las horas punta, las frecuencias de media hora, la lejanía de la parada final respecto al centro de la ciudad, y una modificación del recorrido "incomprensible" para muchos pasajeros.

Con una frecuencia de 30 minutos, los autobuses soportan picos de viajeros a primera hora de la mañana desde Zaragoza y al medio día desde Movera. A juicio de José Remón, presidente de la Asociación de Vecinos de Movera, este incremento de la demanda en momentos puntuales, se debe en buena parte al uso que hacen los alumnos del centro Torre Virreina, Fundación Federico Ozanam y el Instituto de Formación Profesional Específica (IFPE).

Además, los usuarios recuperan las quejas por el recorte del recorrido por las calles de Zaragoza, lo que en su opinión los aleja del centro. "Hay mucha gente mayor que utiliza esta línea para ir al Hospital Provincial tras los recortes del Grande Covián y ahora les obligan a andar mucho más", expuso Begoña Ibarbia, vecina de Movera. "Nos dijeron como excusa que no entraba en la ciudad para no contaminar, pero el nuestro es el único autobús que se ha quedado fuera", se quejó Mariángeles Ramos, vecina que inició una recogida de firmas para revisar el servicio.

MIRALBUENO

Por su parte, los vecinos de Miralbueno afirmaron que aunque siempre han tenido "malas frecuencias" en las líneas 52 y 53 de la red de autobuses urbanos de la ciudad, desde el 1 de septiembre ya no pueden utilizar el autobús rural de Garrapinillos. Los vecinos optaban por este servicio que les permitía llegar de una manera más rápida al centro de la ciudad. Desde el Consorcio Aragonés de Transportes aseguraron que nunca han podido hacer uso del autobús de esa manera, ya que es una normativa nacional y que siempre han "velado por el efectivo cumplimiento" de la misma.