Los barrios rurales de Zaragoza han emprendido una carrera contra el reloj para combinar, en la celebración de sus próximas fiestas patronales, dos elementos complicados de compatibilizar: prohibir la entrada a los menores a un recinto donde se vende alcohol o hacer que las peñas y el resto de vecinos acudan al lugar tradicional de celebración de actuaciones musicales, los pabellones deportivos, sin que puedan beber libremente. O se permite beber o se deja pasar a los menores de 18 años que no vayan acompañados de sus padres. De manera que invalida toda la organización por parte de las juntas vecinales y las comisiones de festejos que durante años se ha hecho en sus polideportivos.

Son los efectos del nuevo decreto de espectáculos aprobado por el Gobierno de Aragón el pasado mes de febrero y ante el que este verano ya no hay excusas para mirar hacia otro lado. Con una consecuencia directa: costará más dinero preparar las fiestas al tener que acudir al montaje de carpas, o espacios anexos a esas instalaciones deportivas a los que ir a por la bebida alcohólica, u organizarlo todo al aire libre, como recientemente hizo San Juan de Mozarrifar, montando con vallas dos "corralitos". "Al organizar todos los actos en la calle no utilizamos pabellón. Pero en la plaza sí hemos apostado por crear un espacio con barra que estará vallado", comentó el alcalde de San Juan, Adrián Gimeno.

Solo dos barrios tendrán ayuda municipal: Movera y Juslibol. A ellos el Ayuntamiento de Zaragoza, a través del área de Participación Ciudadana, "se les proporcionará una carpa" este año, que podría costar unos 6.000 euros cada una. Así lo explicó su responsable, Lola Ranera, quien apostilló que se debe a los "problemas estructurales" de sus polideportivos. De hecho, Movera en el 2015 ya no tendrá ese problema porque ha incluido esa reparación en el convenio con la Diputación Provincial este año. Juslibol no lo hizo pero tendrá carpa "por seguridad".

Aunque esto no va a convertirse en barra libre de carpas para todos, algunos barrios ya apuntan "que la factura la pague Participación Ciudadana". Así lo dijo el alcalde de Casetas, José Luis Román, quien recuerda que en las fiestas de mayo se hizo en el pabellón, con menores "porque no estaba claro cómo aplicar la normativa" y eso trajo "problemas". En cambio, en Montañana, el alcalde, Antonio Sabaté, adelanta que no se instarán barras en la pista del pabellón.

En Monzalbarba se habilitará "una barra light en el pabellón y una carpa en el exterior donde solo se venderán bebidas para los mayores de edad", señaló el alcalde Joaquín Tiestos, quien augura que "esta normativa solo servirá para que los jóvenes hagan más botellón". En Garrapinillos, Luis Miguel Roda, tenía claro que se montaría todo dentro del pabellón en las fiestas de julio. "¿Es que en los bares no entran menores?", apostilló. En Peñaflor, su alcalde Joaquín Fleta, explicó que han optado por "arreglar el pabellón" por 6.000 euros para evitarse el gasto de "unos 36.000" que necesitarían para montar una carpa tres veces al año y que confía en "que Participación ayude a pagarlo porque si no habrá que hacer una colecta".

Mientras, Movera ya ha elegido espacio para su carpa: 600 metros cuadrados en el patio del Pedro Orós. Quizá abra la puerta a una nueva era en la que los pabellones dejen paso a los recreos.