En pocas semanas finalizará el tercer curso de la escuela de jota Vientos de Aragón, y ya se están preparando todas las actuaciones previstas hasta el verano, donde se va a colaborar con distintas entidades de Zaragoza para la difusión del folclore entre los vecinos de los diferentes barrios, haciéndoles pasar un rato disfrutando de nuestra jota. Estas actuaciones culminarán con el festival de fin de curso

Desde la creación de la escuela y durante estos tres años, siempre se ha promovido entre sus alumnos el ambiente familiar, que ellos disfrutaran de la jota y que fomentaran la amistad con sus compañeros.

Como ejemplo de ello, y antes de comenzar con la vorágine de actuaciones de final de curso, el pasado 11 de abril la escuela celebró su comida anual, que reunió a más de 100 personas, entre alumnos y familiares, en el Cámping Ciudad de Zaragoza, que brindó sus instalaciones para esta jornada de convivencia y que puso todas las facilidades necesarias para su realización.

El buen tiempo acompañó durante toda la jornada y así permitió disfrutar de todo lo preparado. La mañana comenzó con un día soleado que permitió a los asistentes charlar con el resto de invitados en las terrazas del cámping, hasta que se inició la comida. El centenar de asistentes pasó a la carpa situada en el cámping a degustar una suculenta comida, y después de ella, llegaron todas las sorpresas que se habían preparado.

Entre ellas, la que más gustó y emocionó fue la proyección de un video que recorría la trayectoria de la escuela durante sus tres años de andadura. La verdad es que fue bonito ver cómo alguno de los más pequeños se reconocían en las fotos y verles la cara de entusiasmo no tenía precio. Luego llegó el momento de agradecimiento por parte de los tres responsables de la escuela, donde no faltaron las lágrimas de alegría y emoción al ver y sentir como la escuela crece año tras año.

Se notó el profundo cariño que se tienen entre ellos, algo imprescindible para que un proyecto así, tan bonito, funcione.

Finalmente, y como colofón, se hizo entrega a cada alumno de la escuela de una camiseta con el logo de Vientos de Aragón como recuerdo. Todos ellos se la pusieron para la foto de familia que lucieron después mientras continuaba la fiesta. Los adultos disfrutaron de música, cantaron, hubo karaoke, jotas, mientras los más pequeños lo pasaban en grande disfrutando de las instalaciones del cámping, los jardines, los hinchables. Además, no faltaron las jotas en el escenario, lo que hizo que fuera una jornada entrañable y divertida para todos.

Finalmente no queda nada más que agradecer a todo el alumnado y familiares la participación y la entrega que tuvieron, así como la implicación que tienen en cada acto y evento que surge, ya que sin ellos no sería posible todo lo que se realiza. Seguro que el año que viene la comida anual llegará otra vez cargada de más sorpresas.