La demandada restauración de la Fuente de los Incrédulos, situada en el barrio de Casablanca, va a ser una realidad. Así lo ha confirmado la a Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), propietaria de este monumento que se nutre del Canal Imperial de Aragón, aunque, desde hace años, está seco por problemas en sus sistema de abastecimiento. Además, esta emblemática fuente presenta bastante suciedad, pintadas, ha sufrido reparaciones inadecuadas y posee desagües obstruidos que hacen necesario su arreglo integral. Igualmente, la piedra muestra poros y los dos caños originales con los que contaba han desaparecido.

El anuncio ha sido acogido con "alegría" entre los vecinos del barrio, ya que llevan años reivindicando su recuperación. En este sentido, desde la Junta Municipal de Casablanca "se ha hecho todo lo posible para que la restauración fuera una realidad", explica su presidenta, Leticia Crespo. Así, en varias ocasiones "se mostró a los responsables del Ayuntamiento de Zaragoza la importancia para el distrito de recuperarla en varias comisiones, ya que al principio había problemas con quién debía acometer el arreglo", dice la responsable. Solucionado ésto, al final se procederá al arreglo del monumento, de estilo neoclásico ejecutado en piedra de Albortón, con adornos florales y trofeos de remate.

Los trabajos consistirán en limpiar la piedra con chorros de arena y agua a presión; sanear la superficie, rejuntar y sellar; aplicar un tratamiento fungicida; limpiar las pozas y corregir las pendientes; desobstruir los desagües y sustituir la rejilla.

También se sustituirán los dos caños actuales por caños de cobre con un embellecedor, se instalará un pulsador temporizado empotrado en el suelo delante de la fuente para el suministro de agua y se aplicará a la placa conmemorativa un barniz contra la oxidación, previa eliminación de las sucesivas capas de pintura.

Los bancos laterales semicirculares y las jardineras que se añadieron en los años 50 del siglo pasado, cuando la fuente se desmontó de su posición original y se trasladó al Parque de los Incrédulos, sufren un mayor grado de deterioro ya que se realizaron con piedra arenisca, de peor calidad. Además, recibirán un tratamiento similar, contra la humedad y las pintadas. Delante de la fuente, se reemplazarán las baldosas rotas, se colocará un pulsador empotrado en el suelo y se sustituirá la tapa de la arqueta.

Más que por su valor artístico, el monumento objeto de restauración destaca por su historia, ya que fue el propio Ramón Pignatelli al finalizar la construcción del Canal Imperial en 1786, quien mandó levantarla como celebración de la viabilidad del proyecto y en contestación a las burlas de la oposición. Por ello la llamó la Fuente de los Incrédulos.