Mejoran su capacidad de memorizar, asimilan más fácilmente los conceptos numéricos, aprenden geometría y orientación espacial y, de paso, refuerzan la comprensión lectora. Todo esto jugando al ajedrez. Los beneficios pedagógicos que para un niño tiene "este juego, deporte, ciencia, filosofía o como sea que quieran definirlo, son incuestionables", subraya Pablo Martín Peré, el parlamentario que hace unos días consiguió que el Congreso de los Diputados aprobara por unanimidad que el ajedrez se convierta en asignatura escolar. Martín Peré, abogado de formación, político de profesión y ajedrecista por vocación --incluso ha recibido clases de maestros internacionales, cuenta-- añade otro argumento de peso: "Y encima, su coste económico es muy, muy bajo".

Con estos argumentos, el diputado del PSOE convenció el 11 de febrero al resto de miembros de la comisión de Educación para que "el Congreso inste al Gobierno a incorporar el ajedrez como materia en las escuelas de toda España, tal y como, por otra parte, ya recomendó hacer el Parlamento Europeo en el 2012". La iniciativa parlamentaria también reclama que se habiliten espacios públicos, "en parques, en bibliotecas, donde se considere más adecuado", para la práctica de este juego.

FÓRMULA FLEXIBLE

La implantación de esta actividad --agrega Martín Peré-- tendrá que hacerse, por supuesto, de acuerdo con las comunidades autónomas, de ahí que el Congreso optara por una fórmula flexible, por no concretar cómo debe materializarse". Eso abre la puerta, por ejemplo, a que algunas autonomías integren el ajedrez como asignatura de libre designación en el currículo (su nota computaría para el expediente académico) o que, como ya sucede en Cantabria y Cataluña, se incorpore como herramienta metodológica en asignaturas como Matemáticas.

En realidad no se pretende formar grandes maestros, sino enseñar a los estudiantes algunos hábitos de vida y valores fundamentales. Para Miguel Illescas, quien fue durante muchos años el mejor ajedrecista de España y campeón de torneos internacionales resume las virtudes del ajedrez en tres: "desarrolla la inteligencia, especialmente las capacidades matemáticas, forja el carácter y forma en valores", admite.