Representan el poderío naranja del atletismo aragonés. Se denominan Grupo Ciempiés y han crecido como la espuma en el último lustro. Los pequeñitos atletas invaden con su chándal anaranjado las pistas de atletismo de La Granja de forma cotidiana. En las instalaciones deportivas del barrio de San José comparte campo de entrenamiento junto a los rojos del Club Atletismo San José y Zaragoza Atletismo.

Allí están los chavales todos los días haga frío, llueva o la temperatura del termómetro alcance en la primavera los 30 grados. Esta entidad dirigida por el experimentado Javier de la Fuente tiene una visión muy diferente del atletismo a las grandes factorías del deporte aragonés. En el Intec Zoiti, Hinaco Monzón o Simply Scorpio los chavales entrenan y se divierten, pero miran sin disimulo el rendimiento y la competición cuando llegan a la categoría infantil. Sin embargo, los entrenadores del Grupo Ciempiés cuentan con 257 socios, de los que 220 son escolares (el resto son mayores y populares) y se prima antes que todo ocupar el espacio de ocio para formar a las personas y disfrutar del tiempo libre. Los técnicos son conscientes que los chavales de calidad llegarán sin tener que quemar etapas antes de tiempo.

EL TECHO

Este grupo, que ha alcanzado su techo durante este año, no sería el mismo sin el impulso de Javier de la Fuente. El entrenador zaragozano es toda una institución en el atletismo aragonés, deporte al que lleva vinculado 30 años. Ahora tiene 49. "Yo entrenaba en Silos con Arturo Cutillas. Cogí un grupo en el Calixto Ariño de Enrique Lope. Me gustó entrenar a chavales, Lope lo dejó y me quedé en el colegio. Eso fue hace 30 años". Llegó a preparar a atletas de nivel de 400 metros y marchadores. "Di el salto a la marcha por casualidad, pero me aborreció el ambiente de esta modalidad en Aragón. Había cosas que no me gustaban nada".

Por aquellos años llevaba a atletas del Monzón, el Scorpio y en el Helios. "Entonces decidimos crear el Grupo Ciempiés. En 1997 creamos el club con atletas escolares. Los mejores pasaban al Monzón o al Scorpio y los de menor nivel siguen con nosotros para hacer atletismo recreativo. Los escolares hasta los 12 años deben competir muy poco, solo un 10%. Nuestro objetivo es que los niños se lo pasen bien", dice.

Los entrenadores son básicos para la buena progresión de los atletas del Ciempiés. "Maite Gargallo lleva a los populares y a un grupo de chavales. También están Acharf Sellak, que entrena a cadetes, Raúl Mirallas, que prepara a los saltadores, Carlos Fantova, que lleva algún lanzador, Nacho Til, Aitor Román, Guillermo Pérez, que lleva a los más pequeños, Adrián Espinosa y yo", indica.

De la Fuente es muy crítico con la manera de preparar a los escolares en Aragón. "Hay una generación de entrenadores muy jóvenes que son excepcionales. Pero hay otros que no van por buen camino. Buscan el rendimiento y se presiona al niño. Lo bueno del atletismo es que el padre tiene una oferta para su hijo que puede ser competitiva o un buen vehículo para hacer deporte y se lo pase bien".

Lo se hace una gran labor de captación para formar los grupos. "Vienen de San José, Las Fuentes y Torrero. Ponemos un cartel en La Granja o se consulta nuestra página web. Los chicos que vienen son amigos, familiares o conocidos de los chavales del Ciempiés. Los martes y jueves tenemos saturación en las pistas y no hay técnicos para tanta gente. Hay días que se juntan 150 niños a la vez junto a grupos de San José o Zaragoza Atletismo", apunta.

Ya no organizan competiciones. "Nos desvinculamos de Ciempiés Eventos porque hay muchas competiciones y no tiene sentido organizar más. Al principio queríamos cubrir un hueco. Ahora nos dedicamos a las actividades de tiempo libre y a juegos", dice el presidente del club.

Todos los atletas se aglutinan en las pistas de La Granja. "Las colchonetas de altura son una pena, las de pértiga están destrozadas, las vallas son de cuando había dinosaurios, no se puede contar con los tacos de salida y hace años que no se renueva el material. En esa instalación pasan 800 niños diferentes y la pista de atletismo requiere una inversión. El tartán estaba bien hasta que a alguien se le ocurrió meter allí la Carrera de la Mujer, que ha dejado muy mal la pista", concluye Javier de la Fuente.