Los alumnos de 4° de ESO de Pompiliano y Miraflores dimos inicio el pasado 1 de marzo a nuestro viaje de estudios a Italia. Salimos de Zaragoza en autobús para coger el avión en Barcelona. Fue un viaje largo en el que empezamos a conocer a nuestros compañeros del Pompiliano. Después de un trayecto en avión que provocó bastante respeto a algunos, al fin llegamos a Roma. Cogimos el autobús que nos acompañaría durante toda la semana y que nos llevó al hotel, no a descansar sino que dejamos las maletas y volvimos a salir para explorar la ciudad.

Tras los dos días que pasamos en Roma acabamos bastante cansados, aparte de pasados por agua, pero disfrutamos mucho. Vimos algunos de los lugares más emblemáticos de la histórica ciudad como el Coliseo, el Foro Romano, la Ciudad del Vaticano o el Panteón. Nuestro guía Emilio se encargó de explicarnos todo y se aseguró de que acabásemos cansados al final del día. Ya nos empezábamos a familiarizar con la ciudad cuando partimos para Florencia con la sensación de que aún nos quedaba mucha Roma por ver.

Llegamos de noche y seguía lloviendo. Lo que no nos impidió salir a ver la ciudad. La estancia en Florencia estuvo llena de arte y compras ya que a pesar de ser pequeña es una ciudad llena de vida. Visitamos varios museos como las Capillas Mediceas y los museos del Bargello y de la Academia en los que pudimos ver grandes obras de arte como el famoso David de Miguel Ángel. Tanto de noche como de día pudimos apreciar la belleza de esta bonita ciudad mediante largos paseos en los que contemplamos sus numerosas maravillas arquitectónicas como el Baptisterio, el puente Vecchio o el Duomo. Tampoco podemos olvidarnos de la gran noche que pasamos en la discoteca Space Electronic bailando y disfrutando hasta la hora fijada por los profesores.

El día después fuimos a Pisa. Fue una visita breve pero intensa en la que pudimos observar in situ el conjunto arquitectónico formado por la Catedral, el Baptisterio en el que pudimos comprobar su fantástica acústica, el Camposanto en el cual yace el gran matemático Fibonacci, y no podía faltar la torre inclinada de Pisa. Tras la comida, rica pasta italiana al dente, partimos hacia Lido de Jesolo donde nos esperaba el hotel.

A la mañana siguiente el autobús nos acercó hasta la zona donde cogimos el vaporetto que nos llevó a Venecia. La mítica ciudad de los canales no nos decepcionó y una vez más nos quedamos impresionados por tanta belleza. Además de la típica visita turística por la plaza de San Marcos, la Catedral, el Campanile, el Puente de los Suspiros y el de Rialto, profundizamos más en la ciudad y nos acercamos al guetto judío, testimonio de una parte de nuestra historia que no deberíamos olvidar. Por supuesto no podía faltar un romántico paseo en góndola.

Así acabó nuestra visita a Venecia de la que nos llevamos, a parte de un bonito recuerdo, la típica máscara o en su defecto una figurita de cristal de Murano. Nuestra última noche fue de lo más intensa y cuyos detalles es mejor no mencionar. Camino al aeropuerto nos acercamos al hogar de los protagonistas de una de las más famosas obras de Shakespeare, Verona, donde visitamos la casa de Julieta y el anfiteatro.

Este viaje ha sido una experiencia inolvidableque además de profundizar en la cultura de otro país nos ha permitido forjar nuevas amistades y reforzar las ya existentes. Muchas gracias a nuestras familias, a los profesores, al AMPA, a nuestro guía Emilio y al colegio por hacer posible este sueño.